CADA día se suman más voces que solicitan la aprobación del uso de la mariguana, tal y como se da en este momento en varios estados de la Unión Americana, alegando que los individuos deben elegir a su libre albedrío si desean o no consumir drogas. De lo contrario, se les estaría coartando la libertad en cuanto al desarrollo de su personalidad.
La tesis anterior es válida. Pero el problema es cuando hay terceros afectados, sobre todo la familia, por el consumo de drogas.