NUEVE años más tarde ese nombre será repetido, con admiración, por el mundo entero. Es ya “Arete” un poderoso caballo de salto, aunque de pequeña alzada. Y vence a los más finos, espléndidos ejemplares europeos y estadunidenses. Ha perdido el ojo izquierdo y por eso le llaman “El rey tuerto” y esa es la razón por la que, después de 12 años de preparar un equipo ecuestre para competir en Londres 1948, el entonces teniente Humberto Mariles Cortés recibe una orden inusitada en las oficinas de la Presidencia: se cancela la participación de México en las pruebas ecuestres de la Olimpiada.
NUESTROS PIONEROS OLÍMPICOS
LOS orígenes de nuestro deporte olímpico se remontan no a su primera participación en unos juegos, lo que sucedió en París 1924. Nuestros pioneros forjaron su espíritu preparándose en un mundo guerrero casi de polo a polo, que se convulsionaba bajo el fuego de mil batallas.