LOS padres de Amalia recuerdan con horror las palabras que les dijo el médico de Torreón: “Paseen a la niña todo lo que puedan y consiéntanla mucho, porque en mi opinión no vivirá más de 12 meses”.
El 11 de Mayo Salvador Dalí cumplió 114 Años que nació.
“YO SOY EL SURREALISMO”
El polifacético, excéntrico y controvertido artista catalán fue recordado gracias a la exposición de algunas de sus esculturas en el Museo Soumaya, en Ciudad de México.
CUANDO en 1934 Salvador Dalí se sometió a juicio ante sus correligionarios surrealistas, encabezados por el escritor André Breton, lo hizo sentado en un sillón, envuelto en una manta y con un termómetro en la boca, fingiendo estar enfermo. Pero esto de nada le valió: Fue juzgado y expulsado del movimiento surrealista por sus inclinaciones fascistas, su catolicismo delirante y su avidez por el dinero. “Avida Dolars”, lo apodó Breton.
Sin embargo, esto fue sólo un piquete de mosco para Dalí, quien declaró: “No podéis expulsarme porque Yo soy el surrealismo”.
Para entonces el artista ya había hecho su propia contribución al movimiento: El método paranoico-crítico. Dalí sostenía que mientras que para la siquiatría la parnoia se basa en errores de juicio, para el artista es una habilidad creativa con una lógica perfecta. “La actividad paranoica-crítica permite al mundo delirante pasar al plano de la realidad”, decía.
Así, de su pincel surgieron uno tras otro sus composiciones con relojes blandos o derretidos, cuerpos femeninos de los que sobresalen cajones (para él, representaciones del sicoanálisis), elefantes con patas larguísimas que remiten a las de una jirafa. Muchas de esas pintura las trasladó Dalí a esculturas, faceta de su quehacer artístico que actualmente puede ser apreciado en la exposición “Dalí: Juego y deseo”, organizada por el Museo Soumaya, con 14 de 42 esculturas en bronce del genio español, adquiridas por esa institución.
Diez de las obras se exhiben en las instalaciones del Museo Soumaya, en Plaza Loreto, al sur del DF, y cuatro más, en el atrio del templo de San Francisco, en el corazón del Centro Histórico.
Artista polifacético, lo mismo produjo pinturas que realizó escenografías y vestuarios para teatro y ballet; ilustró libros; creó imágenes publicitarias y escribió cuentos, ensayos, poesía y autobiografías. Pero también fue una de las figuras más controvertidas en la historia del arte por su megalomanía y sus excentricidades.