POR iniciativa de los frailes franciscanos, en 1462 se levantó el primer Monte de Misericordia en Perugia, Italia, con el fin de evitar los abusos de los usureros y apoyar a agricultores, artesanos y pequeños comerciantes. Los Montes no tardaron en extenderse a otros países europeos.
El Monte, palabra que en italiano hace referencia a “banco”, se encargaba de construir un fondo común de depósitos en metálico, limosnas y ayudas de la Corona, para atender las demandas de las clases sociales más necesitadas. Por cumplir fines caritativos se le denominó Monte de Piedad o de Misericordia.
El 25 de febrero de 1775 fue inaugurado en la entonces Nueva España el Monte de Piedad de Ánimas, muy similar al primer Monte en Madrid, España, fundado en 1702. Su construcción la autorizó el rey Carlos III de España y el encargado de edificarlo fue don Pedro Romero de Terreros, Caballero, Conde de Regla y empresario.