HAY esta historia de un doctor Salazar Viniegra que en sus tiempos fuera jefe del Departamento de Salud del presidente Lázaro Cárdenas. No sé si la recuerdo bien pero diré aquí lo que recuerdo, bajo la condición de recuperarla de mis archivos y contarla bien.
Es la historia de un doctor que, a fuerza de escuchar locas versiones sobre los efectos tóxicos de la mariguana, decidió experimentar, bajo condiciones controladas, los efectos de la hierba. Estamos hablando de los años 30 del siglo pasado.
Reclutó a un grupo de fumadores voluntarios, a los cuales, con alguna frecuencia no demasiado científica, se sumaba él, y procedió a registrar con rigor las consecuencias de fumar esa hierba apestosa capaz de producir las más simples, tontas y compartidas risas de la historia.