POR su riqueza y originalidad, la canción popular mexicana ha sido reconocida en el mundo entero como una de las principales aportaciones de la lírica universal. Piezas como “Granada”, “Solamente una vez”, “Perfidia”, “Frenesí”, “Bésame mucho” y “Vereda tropical” todavía hoy se cantan en las regiones más apartadas del planeta, en idiomas tan ajenos al nuestro como el somalí o el mandarín, muchas veces sin saber que su origen es mexicano. Y, por el contrario, en nuestro país consideramos como nuestras melodías que llegaron de otros lares y se integraron a nuestra expresión.
Ello significa que, en asuntos de arte, no existen fronteras ni nacionalismos: las creaciones trascendentes son patrimonio de la humanidad y todas las influencias son no sólo justificadas, sino bienvenidas.