EMULANDO las glorias del Centauro Francisco Villa y su División del Norte, cientos de jinetes atraviesan cada año, a lo largo de más de 200 kilómetros, entre Chihuahua y Parral, terrenos difíciles en El Velduque y las hermosas llanuras de Satevó y Valle de Zaragoza, pasando por Santa Cruz de Villegas y Maturana, para arribar a la ciudad que Villa tanto amó, y donde fuera asesinado aquel 20 de julio de 1923.