LA anunciada designación de Andrés Manuel López Beltrán como mancuerna de Luisa María Alcalde para presidir Morena ha generado enorme polvareda y todo tipo de especulaciones. La mayor parte de las reacciones lo interpretan como una jugada estratégica de Andrés Manuel López Obrador para mantener control sobre el movimiento y, dentro de seis años, asegurar el encumbramiento de su dinastía. Se da por descontado que el ascenso del hijo del fundador en automático debilita la figura de Claudia Sheinbaum como heredera política del obradorismo.
Tutorial para ser presidenta
NADIE estudia para ser presidente, ni hay cursos intensivos para convertirse en mandatario. YouTube puede estar abarrotado de tutoriales para cualquier tema que pueda a uno ocurrírsele, pero no éste; no hay manual del usuario para manejar al país. Bueno, no lo había hasta que a López Obrador se le ocurrió la idea de viajar cada fin de semana con la presidenta electa.
Los retos de Claudia Sheinbaum:
EL riesgo es real. Tras una presidencia tan poderosa como la de Andrés Manuel López Obrador, fundador y líder absoluto de su movimiento, los actores políticos contemplan el cambio de sexenio como una oportunidad para ampliar su margen de poder. Prácticamente, una ley de la física que Claudia Sheinbaum no ignora. Gobernadores, coordinadores del Poder Legislativo y del Judicial, líderes sindicales, militares, dirigencias departidos, empresarios, por no hablar de los núcleos obradoristas duros que intentarán imponer condiciones y un largo etcétera. O como decía un viejo conocido: “Yo empujo y sigo empujando mientras sienta blandito; me paro cuando se percibe más duro”.
Las lecciones del Tren Maya
SIN la férrea voluntad del Presidente, ninguna de sus obras emblemáticas se habrían terminado a tiempo (o se habrían terminado, punto).
Intelectuales, al borde de un ataque de nervios
SORPRENDE la pobreza argumentativa que mostró el desplegado de esta semana de 46 académicos, literatos, ensayistas y uno que otro exfuncionario, para exigir a los medios de comunicación “que en los canales estelares de la televisión abierta y en los horarios de máxima audiencia, se den iguales espacios de calidad a ambas candidatas, tanto en cobertura como en entrevistas”. Se trata de medio centenar de intelectuales, la mayoría con valiosa obra en diversos campos y, por lo mismo, firmantes de un texto extrañamente endeble, aunque sintomático de un problema de fondo.
López Obrador en 2033
¿QUÉ quedará de la impronta de Andrés Manuel López Obrador de aquí a diez años? Desde luego, habrá una lluvia de balances al final de su sexenio, a partir de la revisión transversal de la economía, la sociedad, la política y hasta la geografía del país. Pero en los siguientes años algunos de los cambios resultarán efímeros, otros se modificarán como producto natural de las circunstancias y las peculiaridades de cada administración, y habrá también aquellos que pervivirán, incorporados al ADN de la vida pública de México. De entrada, me gustaría señalar tres de estos últimos. Dos de ellos, me parece, son de carácter positivo; el tercero, en cambio, muy preocupante.
¿Quién es Claudia Sheinbaum?
ES tan alta la probabilidad de un triunfo de la candidata de Morena en la elección presidencial en México, que no es de extrañar la insistente pregunta que corre por los pasillos del poder y alimenta las charlas de sobremesa de los mexicanos: ¿quién es Claudia Sheinbaum y qué esperar de ella? La respuesta de los militantes es automática: satanizar o beatificar, según el bando al que se afilien. La realidad está en otro lado, desde luego.
‘Succesión’, versión 4T
CLAUDIA Sheinbaum recibe el bastón de mando del presidente Andrés Manuel López Obrador en Ciudad de México, el 7 de septiembre de 2023.
La 4T a la reconquista de las clases medias
CLAUDIA Sheinbaum entiende que uno de sus principales desafíos políticos radica en la reconquista de las clases medias para el Gobierno de la Cuarta Transformación: sectores universitarios y profesionales, pequeños empresarios, intelectuales, científicos e incluso periodistas.
Y pese a todo, hay menos pobres
A tirones y jalones, mordiscos y dentelladas, en medio de polarizaciones y crispaciones, entre circo y maromas mañaneras, pero el caso es que Andrés Manuel López Obrador está en camino de cumplir la aspiración central de su proyecto: disminuir la pobreza y la desigualdad social.