ESTOY seguro que todos hemos probado las mieles del chisme, ya que es tan sabroso que nos permite eludir nuestra realidad y nuestras miserias para criticar los errores ajenos. Está comprobado que “ayuda” a neutralizar las emociones dañinas que nos afectan y momentáneamente disminuye el nivel de estrés. Y digo momentáneamente porque las secuelas de haberse involucrado en un chisme causan más estrés del que pudiste controlar inicialmente.