EN enero de 1929 George L. Rihl decidió vender la Compañía Mexicana de Aviación (CMA), incluyendo el Aeropuerto de Tampico. La negoció con la empresa Pan American Airways, que desde su corporativo en Estados Unidos monopolizó en pocos años el servicio de transporte aéreo internacional en México mediante una administración agresiva y despótica, respaldada por Washington.
Humberto Musacchio refiere que, en efecto, Pan American compró Mexicana de Aviación “con el beneplácito del gobierno de Estados Unidos, interesado en controlar el tránsito aéreo entre el propio territorio estadounidense y el Canal de Panamá”, y que para apoyar su desarrollo de inmediato otorgó a la aerolínea la concesión para el transporte de paquetes postales pagándole dos dólares por milla-hora.