El cabrito, disputado por Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila
Su origen es producto de los movimientos migratorios de ganado ovino y caprino que los pastores trasladaban desde el centro de la Nueva España, hacia las Provincias del Nuevo Reino de León y Coahuila. Para acortar camino, el paso hacia esos territorios se realizaba forzosamente por Nuevo Santander. Por ello, parte de este ganado se aclimató en esta región.
Fueron los cabreros o chiveros quienes, por necesidad de subsistir mientras se encontraban aislados en los agostaderos, asaban en las brasas de leña de mezquite cabritos menores de cuarenta días de nacidos, alimentados únicamente con leche de sus progenitoras. Probablemente lo único que se les agregaba era sal y algunas especias, como el orégano silvestre. De esta manera, la carne tierna de estos animales se cocía rápidamente y resultaba fácil su consumo.
En las primeras décadas del siglo pasado su consumo era más popular. Venustiano Carranza y correligionarios eran afectos a estos platillos, acompañados de tortillas de harina y café negro. En tanto, el ex presidente Emilio Portes Gil, en su folleto “Mis recuerdos de Ciudad Victoria”, afirma que en 1906 doña Angela preparaba el cabrito en una fonda del Parián, actualmente Mercado Argüelles de la capital tamaulipeca.

Actualmente, los municipios de Burgos, Méndez, Cruillas, San Carlos, Bustamante y Jaumave, Tamaulipas, proveen de miles de cabritos a restaurantes que operan en Monterrey, Saltillo, Reynosa y Nuevo Laredo. Existen diversas formas de prepararlo: en salsa, en sangre o fritada y al pastor. Además de los machitos –tripas y vísceras asadas–, y cabecita tatemada.
- 1 cabrito de 3 Kg. (aproximadamente)
- Sal al gusto.
- Preparación: La noche anterior se deja reposar el cabrito tierno en un recipiente con agua de sal de grano. Antes de llevarlo al brasero, se limpia hasta que luzca bien seco. Para entonces se tiene preparado un asador con abundante brasa de carbón o leña de mezquite o ébano.
- Cuando el fuego esté intenso, el cabrito se ensarta en una varilla y se coloca de manera vertical, de tal manera que se pueda girar para el cocimiento de todas las piezas. Esta maniobra se realiza cuando la carne empieza a dorar. Debe estar listo entre cuatro a cinco horas.
- Una vez bien cocido, se separa de la varilla o estaca de madera y se fracciona en dos paletas, dos riñonadas, dos costillares y dos piernas. Es decir, ocho porciones.
- Los machitos y cabezas, también se pueden tatemar.
- Se sirve acompañado de frijoles charros, queso panela quemado, ensalada de lechuga con tomate y cebolla, tortillas de harina, salsas verde y roja.
*Tomado del periódico “Expreso”.
Ciudad Victoria, Tamps.
Domingo 9 de Junio de 2013.