Usan el Sistema de Gota a Gota
El profesor Assad es el director de Investigaciones del Instituto Vulcani, que es el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas de Israel. En visita a París explicó a Vaiju Mahindroo, de la Unesco, algunos adelantos importantes del riego, vital para los cultivos en las zonas donde los granjeros no pueden contar únicamente con las lluvias.
CUANDO se habla de riego se piensa enseguida en canales que llevan el agua hacia los cultivos. Pero creo que hoy las cosas son más complejas. En efecto, y eso lo sabemos muy bien en Israel, donde se han hecho muchas investigaciones sobre los sistemas de riego. El agua es nuestro fluido vital, y ella guía nuestras planificaciones en todos los niveles: nacional, regional y local.
En Israel el agua pertenece al Estado. Cada granja y cada población tienen derecho a ciertas cantidades de agua total y cotidiana, estrictamente limitadas y determinadas. Todo exceso se paga con fuerte multa.
Por esta razón Israel, y por qué no decirlo, mi propio equipo estuvieron siempre a la vanguardia de las investigaciones en materia de riego, y esto desde los comienzos del Estado de Israel. En lo que respecta a nuestros cultivos principales, los métodos de riego han atravesado tres o cuatro etapas de evolución. Tomemos por ejemplo el algodón, que se cultiva en 70.000 hectáreas de tierra regada (la mitad de las tierras regadas de Israel, aproximadamente).
Hace veinticinco años, cuando se comenzó a cultivar el algodón en Israel, utilizábamos los sistemas llamados de rociado.
Otros cultivos, como los de árboles frutales y de viñas, se regaban anegando el terreno o utilizando pequeños canales; estos métodos fueron rápidamente abandonados, dado que el aporte de agua era irregular y demasiado salino. Además tenían el inconveniente de desperdiciar el agua. Los agricultores se quejaban del bajo rendimiento de las cosechas, de modo que adoptaron también el método de rociado.
EFICACIA DEL ROCIADO EN OTROS CULTIVOS
Gracias al cultivo del algodón aprendimos a regularizar el suministro de agua en concordancia con las fases de crecimiento de las plantas y obtuvimos así mejores cosechas. Cuando esta técnica se aplicó a los árboles frutales dio resultados aún más espectaculares. Pasamos de una cosecha de unas 16 toneladas por hectárea con los métodos de anegamiento o canalización, a un rendimiento de 124 toneladas por hectárea con el sistema de rociado. Unas ocho veces más.
Esto no se debió solamente al rociado: También se tomaron en cuenta las necesidades específicas de agua de cada parte de la planta en cada una de sus fases de desarrollo, así como sus necesidades de elementos minerales. Este procedimiento de regularización revolucionó el cultivo de frutales en Israel.
La técnica de rociado dio aún mejores resultados en el caso del algodón cuando se utilizaron variedades de mayor rendimiento, con rociados más frecuentes y mayor cantidad de nutrientes.
El sistema gota a gota es especialmente eficaz en los suelos muy pobres. Ahora estamos cultivando algodón en terrenos pedregosos de sólo 30 centímetros de profundidad, un tipo de terreno donde prácticamente no se cultivaba nada. Hasta hemos logrado cultivar frutales (lo cual es sobre todo mi especialidad) en suelos de una profundidad de unos 45 a 50 centímetros tan sólo; y tuvimos que obtener permiso para hacerlo: En Israel, cuando se quiere cultivar algo, es necesario obtener un permiso de plantar, que se otorga según criterios agrícolas y políticos.
Normalmente, no se dan permisos para plantar árboles frutales a menos que la tierra tenga un mínimo de un metro de profundidad. Pero nuestras técnicas eran nuevas. En primer lugar, plantamos un huerto con una densidad de 1.100 árboles jóvenes por hectárea, lo cual es un número tres veces superior al normal. Usamos una variedad local especialmente seleccionada para injertos. Este huerto, en Mahamaim, al norte del país, fue el primero regado gota a gota en Israel, y este método de riego ha dado excelentes resultados.
El riego gota a gota tiene la gran ventaja de dar a la planta un alto nivel de humedad y al mismo tiempo una aireación muy buena. Se utiliza un bulbo enterrado alrededor de las raíces de la planta y en el cual se vierte el agua gota a gota. La superficie del suelo no se humedece y los granjeros pueden ocuparse de los árboles con gran facilidad.
La otra ventaja de este tipo de riego está en su semejanza con la técnica hidropónica, que consiste en cultivar plantas cuyas raíces se hallan sumergidas en soluciones nutritivas perfectas o están en contacto con ellas. Lo revolucionario del sistema gota a gota es su eficacia en el aporte de nutrientes. Podemos regular la cantidad y la frecuencia de éstos con exacta precisión. Las plantas pueden recibir pequeñas cantidades de agua diez veces por día. En realidad el cultivo de la planta es a medida y los resultados, en términos de calidad y cantidad de la fruta, excelentes.
Debo recordar que fueron necesarias numerosas investigaciones y grandes inversiones para desarrollar estas técnicas y que sus usuarios deben estar altamente capacitados. No obstante ello y aunque el riego gota a gota se introdujo en Israel hace sólo doce años, hoy ya casi no hay huertos que no empleen esta técnica.
Estamos empezando a exportar nuestra tecnología. En Peru, por ejemplo, hay un programa de plantación de manzanos en un suelo árido, pedregoso, arenoso y con alta proporción de sal. Con las técnicas de riego gota a gota se podrá, creo, obtener buenos resultados, aún en el caso de variedades de manzanos que usualmente daban cosechas de bajo rendimiento. Los árboles se marchitaban a causa de la salinidad del suelo. Se pueden ver incrustaciones de sal a lo largo de los canales de riego anteriormente usados. Con el riego gota a gota, el exterior del bulbo se cubre de sal, pero adentro, donde crecen las raíces del árbol, la sal se evacúa por un proceso de lixiviado. Y así los árboles crecen normalmente.
Estos sistemas hacen que la composición del suelo tenga cada vez menos importancia para las cosechas. Y diré más: En nuestras más recientes investigaciones estamos tratando de reducir a un conjunto de fórmulas abstractas las necesidades de agua y nutrientes de las plantas. Una tierra rica en nutrientes destruye nuestros cálculos. La arena presenta menos problemas. Estamos en un punto en que el suelo se ha convertido más bien en un vehículo que en una fuente de nutrientes.
Es obvio que el riego gota a gota es una bendición para la agricultura. Pero no tiene una desventaja, tiene dos: Una deriva del hecho que, como sólo una parte del suelo recibe agua y que se produce así un proceso de lexiviado constante, el agua y los nutrientes se hunden en las profundidades y se desperdician. El otro problema consiste en que con ese sistema, que ha transformado nuestra agricultura, todos los árboles y las plantas crecen en macetas. Lo cual significa que hemos tenido que volver al punto cero, aprender nuevas técnicas.
Todo ello lleva tiempo y esfuerzos. Y todavía nos quedan una o dos dificultades sin resolver.
* Tomado de “Perspectivas de la Unesco”/1974.
Ventaneando, Viernes 15 de Noviembre de 2019.