Periodista.
Bienaventurada la mujer que logra conseguir un trabajo y rompe las cadenas de la represión intrafamiliar.
ES un tema universal, cotidiano y perene el referente a que las mujeres son víctimas del maltrato intrafamiliar, principalmente en los medios de bajos recursos económicos y poca escolaridad. Esta represión normalmente es a manos del hombre, incluídos sus padres, esposos, hijos y hermanos. Sin faltar las penurias que ellas sufren a diario en el trabajo y, en general, en la vida diaria.
Resulta del todo lamentable que en muchos casos las víctimas sean las niñas desde pequeñas hasta los12 años, en promedio, que no siempre encuentran apoyo de sus padres y madres al no poder atenderlas, dado que tienen la necesidad imperiosa de salir a trabajar y, por ende, las dejan solas en la casa.
Y siendo nuestro país una nación de niños y jóvenes, el sector femenil de menores significa una parte muy considerable de la población que es necesario proteger, ya que representa el futuro de la nación mexicana. Claro que igual tutela merecen las damas que son mayores.
Frecuentemente se habla y se escribe, y no se puede soslayar, lo bien que la pasan las mujeres que se dedican a la actividad política en México, gracias a su buena situación económica, alto grado de escolaridad y a la abundancia de buenas y prósperas amistades.
Pero ahora toca el turno a la descripción de la pobre situación en que se encuentran infinidad de mujeres mexicanas, que suman varios millones de ellas, y la situación en todas partes del mundo es por el estilo, dado que la desigualdad social es común casi en todas partes.
Recordamos de nuestras lecturas de juventud a Herbert Marcuse en cuya obra “Eros y Civilización”, con el subtítulo “Una investigación filosófica sobre Freud” –Editorial Joaquín Mortiz, México 1968, Segunda Edición, página 19 y siguientes–, nos dice que esta sociedad en que vivimos es, ante todo, “una sociedad reprimida”.
Pero ahora vemos que su exposición peca de generalidad. Si hubiera estudiado a la mujer en especial habría concluido que es más reprimida aún que el hombre y, sobre todo, la mujer de bajos recursos y poca escolaridad, empezando por las niñas y las jóvenes.
En tal virtud este problema ha sido motivo de preocupación por una serie de organizaciones sociales y gubernamentales, como la Secretaría de Desarrollo Social, la Secretaría de Salud, las comisiones de Derechos Humanos de carácter nacional y estatales, de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Conforme a los datos recogidos en tales dependencias y organismos descentralizados, de 1993 a la fecha, en todo el país ha venido aumentando el porcentaje de vendedoras ambulantes y prestadoras de servicios a los automovilistas como es el lavado de parabrisas, entre otros.
La fracción femenil de la diputación del PAN reconoce que poco a poco se incrementa la aceptación de la mujer en las fuentes de trabajo. Mas advierte que no es una consecuencia de su mejoramiento social ni de un mayor reconocimiento de su valor, como tampoco se debe a una transformación de los valores “machistas”.
Las legisladoras panistas lo atribuyen más bien a la enorme necesidad que tienen las mujeres de generar ingresos para el sostenimiento familiar, ya que muchas de ellas que antes se dedicaban a las labores del hogar han tenido que incorporarse paulatinamente al mercado laboral, medio en el que en ocasiones se desenvuelven con mayor eficiencia que los varones.
Y es de concluirse que las mujeres en cuanto logran obtener un trabajo, así sea modesto, se independizan de su hogar en dond se les reprime y entran al mundo de la libertad. Al mundo de la autosuficiencia, lo mismo material que espiritual.
Este mundo del trabajo, es el mundo de la dicha. El mundo del trabajo que dignifica al ser humano, y sobre todo a la mujer. Es el mundo de la realización personal. ¡Resulta bienaventurada la fémina que consigue un trabajo y rompe las cadenas de la represión intrafamiliar!
* Tomado del magazine mensual
“Revista de Revistas”, No. 4477;
Publicación del diario “Excélsior”.
Junio de 1999.
Ventaneando, Lunes 18 de Junio de 2018.