
Cirujano pediatra y analista.
LA Organización Mundial de la Salud (OMS), ha mantenido desde hace aproximadamente cuatro décadas la recomendación de que el porcentaje de nacimientos por medio de la operación cesárea debe ser entre el 15 y 20%, indicándose ésta cuando se demuestre fehacientemente su necesidad. Tanto para preservar la vida de la madre, como la del producto de la concepción; ergo, el porcentaje de partos debe mantenerse en alrededor del 80 u 85%.
Lo anterior, como mencioné, es la recomendación de la OMS. Pero, ¿qué sucede en la actualidad en nuestro país? Las cifras reportadas a la fecha nos indican que a nivel de hospitales públicos el porcentaje es alrededor del 40%, el doble de lo recomendado. Mas a nivel privado esta cifra se dispara entre el ¡70 y 90%! del total de nacimientos. O sea que podemos afirmar que a nivel privado el parto natural se encuentra en vías de extinción.
Esta tendencia al alza ha sido más notoria en los últimos 30 años. Los motivos por los cuales se llega a este porcentaje son variados, desde causas estrictamente médicas como puede ser la Enfermedad Hipertensiva del Embarazo, las alteraciones pélvicas de la madre, inserciones bajas de la placenta, entre otras, así como las relacionadas directamente con el feto, como el Sufrimiento Fetal o nacimientos múltiples, por mencionar algunas.
Pero también encontramos causas no médicas, como puede ser la petición materna de no experimentar el trabajo de parto o hasta llegar a la comodidad, tanto para el médico como de la madre, de programar fecha y hora del nacimiento mediante la operación cesárea.
En la antigüedad se llegaron a practicar cesáreas a mujeres recién fallecidas con embarazos cercanos a las 40 semanas de gestación, con la finalidad de salvar la vida del feto. A esto se le conocía como la Lex Caesarea. Sin embargo, por milenios los nacimientos han sido mediante el parto, o sea por vía vaginal.
¿Haberse cambiado la forma de nacimiento ha traído alguna consecuencia? Definitivamente sí.
Cada vez son más los estudios que demuestran los problemas inherentes al nacimiento vía cesárea: Han aumentado los casos de alergia, tanto dermatitis atópica, rinitis y asma, así como trastornos digestivos al no ser colonizado tempranamente el niño con la flora vaginal de la madre, lo cual es benéfico para los bebés; amén de los riesgos consecuentes para la madre al ser sometida a una intervención quirúrgica, como el que desalienta la práctica de la lactancia al tener una recuperación más prolongada que cuando se nace por vía natural.
A pesar de que cada vez son mayores los estudios que comprueban los aspectos negativos de las llamadas “cesáreas innecesarias”, la tendencia no da muestras de disminuir. Las razones por las cuales esto sucede también son múltiples, pero una difusión adecuada hacia la población general podría ser un buen comienzo.
Considero, no obstante, que el factor primordial para revertir esta tendencia somos los profesionales de la salud, quienes debemos recordar que nuestra misión es preservar la salud de nuestros pacientes antes que nada, disminuyendo los riesgos para el binomio madre-hijo.
Ante la naturaleza debemos ser humildes. Si durante milenios la especie humana se ha multiplicado por medio del nacimiento vaginal, debemos estar ciertos que si hubiese una forma mejor la misma naturaleza ya nos la hubiese señalado. Revertir la relación parto-cesárea debe ser meta inmediata tanto para el sector público como el privado. Las futuras generaciones nos lo agradecerán.
Reynosa, 30 de Julio 2017.