Periodista**.
Viejas vivencias de un Reportero Policiaco
AL pasar los años uno se acostumbra a las teclas del ordenador. Deja de aporrearlas con aquella enjundia con que penetraba cada tipo de las Olivetti verdes o las Remington negras, cargadas con cuartillas de papel revolución y hojas carbón. Ya saben: copia para el director, jefe de redacción y la mesa.
Eso sí, no se olvida esas tardes en que al fragor de las máquinas se hacía el diario, entre cafés y Coca-Cola.
Así era la vieja redacción, con piso de linóleum gastado de tantos zapatos de reporteros y fotógrafos que, torta en mano, compartían las vivencias del día.
Uno empieza así. Luego hay que moderar los dedos, llevarlos como en concierto de violín. No para aporrear nada, más bien para acariciar el teclado en suaves notas, como a una mujer, poco a poco y sin prisa. No por ello con menos corazón, quizá sí con la calma que exige poner el corazón entre palabras, escribir con el alma, arrastrar la historia, llevarla más allá del papel.
Yo no había notado esto hasta que escuché un solo de violín. Entonces caí en la cuenta de la calma con que se debe presionar cada letra, una a una, con ese ritmo que requiere verter la nota hasta hacerla un concierto.
Puede ser que haya sido mi revelación. No sé. Pero a mí llegaron los recuerdos de aquellas tardes cuando le pedía a mi amigo Rubén me dictara cables para agilizar los dedos y viceversa, sobre aquellas máquinas Olivetti donde dejamos los dedos muchas tardes, hasta que encontramos el ritmo necesario para escuchar y al mismo tiempo escribir.
No tengo idea si es el llanto del violín o mis recuerdos de más de dos décadas, lo que me hace un nudo en la garganta. Un nudo al rememorar aquel joven flaco y hambriento que solo quería ser un reportero de policía, aporrear al teclado en esas tardes de notas policiacas.
El sueño hecho realidad de ser parte de ese concierto de máquinas de escribir.
* Tomado de la revista “La Pluma del Ganso”,
Año XXI, No. 101; Septiembre-Diciembre 2017.
* Antonio de Marcelo E., es alumno de Filosofía y
Letras y de Literaturas y Letras Hispánicas de la
UNAM. Es un experimentado periodista del diario
Mexicano “La Prensa” desde 1989, fundador allí del
Suplemento ‘Archivos Secretos de Policía’ y a cargo
actualmente de su columna “Aullidos del lobo”. Es
también escritor, documentalista, conductor de varios
programas de radio y colaboró en las revistas “Disfraz
Político” y “Quehacer Político”. Fotógrafo desde 2008,
también es presidente y director general de la productora
‘El Tlacoyo Films’, consejero editorial en los portales
www.dereporteros.com y www.diariosdeciudad.com y
corresponsal del portal www.chicagonoticias.com