EL establecimiento del neoliberalismo en México implicó la creación de una “institucionalidad anómala”, para beneficiar a grupos de poder y trastocar las facultades de los órganos tradicionales del Estado: los órganos autónomos. Y para llenar la ausencia del Estado en temas sociales, de fiscalización y de fomento a la democracia: la creación de falsas Organizaciones de la Sociedad Civil.
Cuando el Estado mexicano se ve reducido por las políticas neoliberales se busca que diversas organizaciones civiles se hagan cargo de estos temas y, para ello, el propio Estado les brinda financiamiento. Es decir, las organizaciones se hacen cargo de las tareas que el Estado deja de realizar pero… financiadas por el propio Estado.
Así, muchos recursos públicos se transfirieron a organizaciones ligadas a grupos de poder político y económico. Esto se ilustra en el reportaje publicado recientemente por el periodista Álvaro Delgado en el portal sinembargo.mx.
En su texto, Delgado desenmascara a este tejido de poderosas relaciones de interés cuyos personajes principales rotan entre gobierno, órganos autónomos, consorcios económicos, organismos extranjeros y falsas organizaciones de la sociedad civil.
Hay muchos casos enumarados por el periodista citado. Por ejemplo: Max Kaiser, que fue el abogado general del IFE, de ahí saltó al gobierno de Calderón, luego a la Coparmex y hoy es integrante de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). También está el caso de Amparo Casar, funcionaria de Gobernación con Fox y después integrante de MCCI.
Otros personajes con trayectorias similares son Juan Pardinas, funcionario del Instituto Mexicano de Competitividad y ahora director de “Reforma”. Jesús Reyes Heroles, funcionario de Pemex, integrante del grupo GEA Asociación Civil y luego funcionario ejecutivo de consorcios energéticos. Guillermo Valdés, de GEA Asociación Civil y después director del Cisen.
Uno de los más importantes personajes de este tipo es Claudio X. González, señalado en diversas ocasiones por tráfico de influencias y recursos. X. González fue uno de los más importantes operadores de la reforma educativa de Peña Nieto y uno de los beneficiarios estrella de los fondos públicos en el sexenio pasado. Ahora es señalado por financiar a su organización MCCI con recursos del extranjero.
En los últimos años X. González se ha distinguido por su activismo contra el gobierno del Presidente López Obrador. Tal vez su jugada más acabada es la creación de la coalición electoral PRI-PAN-PRD de la que fue artífice y a la que se ha sumado abiertamente.
Se podría decir que X. González sólo ejerce sus libertades políticas. Sin embargo, hay un detalle: el financiamiento de organismos internacionales, entre ellos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional a MCCI. De acuerdo con una investigación de “Contralínea”, durante los últimos tres años la embajada estadounidense ha sido su principal fuente de recursos.
Esto abre la posibilidad de que el dinero inyectado por Estados Unidos a González se esté desviando a la campaña de PRI-PAN-PRD. De ser así, se estaría violando la Ley General en Materia de Delitos Electorales que establece sanciones de hasta tres años de cárcel a quien “proporcione fondos provenientes del extranjero a un partido político, coalición, agrupación política o candidato para apoyar actos proselitistas dentro de una campaña electoral”. El hecho debe ser investigado.
* Tomado del periódico “El Mañana”.
Reynosa, Domingo 16 de Mayo 2021.
Ventaneando, Lunes 24 de Mayo de 2021.