Historiador*
El magnicidio de Abraham Lincoln en 1865
PASABAN las diez de la noche del 14 de abril de 1865 cuando la concurrencia reunida en el Ford Theatre de Washington pasó de la diversión a la incertidumbre tras escucharse el disparo con el que el joven actor John Wilkes Booth hirió en la cabeza al presidente estadounidense Abraham Lincoln, quien moriría a la mañana siguiente. El asesino, que logró escabullirse hasta el palco donde se encontraban el mandatario y sus acompañantes para cumplir su cometido, pudo salir del recinto aprovechando la confusión, aunque no evitó quedar maltrecho luego de brincar desde el palco al escenario.
Los doce días que siguieron al magnicidio y que culminaron con la persecución y muerte del famoso actor son el móvil de esta serie de ficción de Apple TV+, con la que repasamos algunas coincidencias con México en esos años de guerra de ambas naciones. La serie televisiva destaca la participación del abogado, político y fiscal general Edwin Stanton, quien al momento del asesinato de su amigo era el secretario de Guerra, lo que sucedió en un momento de efervescencia en Estados Unidos, pues apenas cinco días antes había terminado la Guerra de Secesión (1861-1865).
Conocidos son los términos del fin de esa guerra civil en la que la Unión salió victoriosa ante la Confederación –con intenciones separatistas–, como también que algunos de los motivos de Booth para perpetrar su ataque contra el presidente fue su simpatía por los Estados Confederados y preservar la esclavitud, al igual que uno de sus ideales de democracia: “Tal y como no sería yo un esclavo, tampoco sería un amo. Así se expresa mi idea de la democracia”. Confirmada la muerte del mandatario de 56 años, Stanton tomó las riendas del país durante unas horas, hasta que asumió el cargo el vicepresidente Andrew Johnson.
Mientras Stanton y las autoridades estadounidenses hacían todo lo posible para capturar al asesino desde la noche del suceso, la noticia inundó los espacios de la prensa de su país y levantó opiniones unánimes condenando el suceso fuera de sus fronteras. El propio mandatario Benito Juárez escribió a Matías Romero, su joven representante en Washington: “el gusto que nos causó (la victoria de la Unión) se nos amargó con el asesinato del presidente Lincoln. He sentido profundamente esta desgracia porque Lincoln, que con tanta constancia y decisión trabajaba por la completa libertad de sus semejantes, era digno de mejor suerte, y no del puñal de un cobarde asesino”.
Desde sus días de congresista por Illinois, Lincoln simpatizó con México al mostrar su inconformidad por el afán expansionista de Estados Unidos, acusando al gobierno del presidente James K. Polk de invadir nuestro país sin provocación y engañar a su Congreso. Entonces, desafió: “Muéstrenme el lugar donde se derramó sangre estadounidense”. Por lo anterior, Lincoln sería denostado en la prensa y acusado por su gobierno de ayudar y apoyar a México. Con el paso de los años, su posición sobre la soberanía de México se mantuvo firme.
Por otra parte, es conocido que, durante la Guerra de Secesión estadounidense, en México hubo relación con ambos bandos: desde los políticos que apoyaron a la Unión y a Lincoln –como Matías Romero, quien incluso entabló una relación personal con el presidente y su esposa Mary Todd Lincoln–, hasta empresarios norteños como Evaristo Madero, quien comerció con el algodón de los confederados y lo exportó a Europa vía Matamoros (..), contribuyendo a su persistencia.
Así, la serie muestra cómo Wilkes Booth respaldaba a los confederados, e incluso su confianza en que podrían reorganizarse tras la muerte de Lincoln, lo que además no fue un hecho aislado, pues el atentado del actor era parte de un complot mayor que al final falló. Desde ese momento, la figura de Lincoln creció exponencialmente, como ocurrió con Benito Juárez luego de morir en 1872.
*Tomado de la revista
Relatos e Historias en México
ño XVII, Número 191.
Ventaneando, Lunes 14 de Octubre de 2024.