Periodista.
La gran feminista y luchadora social que conquistó para la mujer mexicana los derechos ciudadanos que detentaba solo el hombre, a partir del voto. Además, le tocó el honor de ser la primera figura femenina en un gabinete presidencial y, como diplomática, representó a México con gran dignidad en la vieja Europa y en foros internacionales, donde difundió nuestra ancestral cultura y las más caras tradiciones.
ESTE día se cumple el 33 Aniversario Luctuoso de doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón. Ilustre dama tamaulipeca, de clara inteligencia y dinamismo extraordinario, que dio prez y gloria al Estado como la primera mujer que formó parte de un gabinete presidencial. Y por los altos méritos alcanzados se le consideró la mujer con más poder político a mediados del siglo XX.
Fue, además, una incansable luchadora social y una aguerrida feminista. Inició como maestra normalista su largo andar por los caminos de la educación, la cultura, el servicio público y la política en México. A ella debe la mujer mexicana, en buena medida, su incorporación al disfrute de los derechos cívicos y políticos en igualdad con el hombre, particularmente en la conquista del derecho femenino al voto.
Reseñar su vida es realmente una tarea complicada, porque la historia de sus casi 88 años fue de una gran diversidad y complejidad de vivencias. Por ello, aquí se hace tan solo una apretada síntesis de su extensa biografía.
Doña Amalia nació el 18 de agosto de 1898. Vio la luz primera en San Jerónimo, de Santander Jiménez, en el centro del territorio estatal donde tuvo su asiento el colonizador don José de Escandón y Helguera, Conde de Sierra Gorda.
Fueron sus padres don Vicente González Garcilazo y la profesora María Caballero Garza, pertenecientes a familias criollas de gran arraigo en el corazón de la entidad.
La pequeña Amalia, que perdió a su padre cuando contaba solo unos meses de edad, fue llevada por su madre a radicar en Ciudad Victoria. Allí la niña cursó los estudios básicos en la Escuela Municipal y los profesionales en la Escuela Normal de Maestros, en Tamatán, para recibirse de maestra. Pero la revuelta revolucionaria orilló a madre e hija a irse a vivir a la ciudad de México, donde la joven González Caballero cursó las carreras de declamación y arte teatral en el Conservatorio Nacional de Música. Más tarde completaría su formación al licenciarse en Letras, de la Facultad de Filosofía y Letras de la entonces Universidad Nacional de México.
El 30 de septiembre de 1927, a los veintinueve años de edad, ella fue desposada por el historiador, literato y político nayarita Luis Castillo Ledón. Y dos años después, en 1929, doña Amalia inició su carrera de cuatro décadas en el servicio público y la política, al convertirse en la colaboradora más cercana de la primera dama Carmen García de Portes Gil, esposa del presidente Emilio Portes Gil.
Ese mismo año fundó con los doctores Aquilino Villanueva e Ignacio Chávez la Asociación Nacional de Protección a la Infancia e instituyó también la Oficina de Educación y Recreaciones Populares, del Departamento Central del Distrito Federal.
A partir de allí, la joven tamaulipeca emprendió una gran labor que la llevó a crear y fundar agrupaciones culturales, sociales y políticas. Fue, entre muchas otras, presidenta fundadora del Ateneo Mexicano de Mujeres, de la Sociedad Mundial de Mujeres, con residencia en Buenos Aires, Argentina; del Club Internacional de Mujeres y Trabajadoras Intelectuales. Además, figuró como miembro del Seminario de Cultura Mexicana, a la vez que presidió el Sector Femenil del Partido de la Revolución Mexicana, el PRM, que fue la simiente del PRI.
Al ser designado Luis Castillo Ledón gobernador de Nayarit en 1930, doña Amalia se convirtió en la primera dama de aquel Estado, donde continuó su labor creativa de organismos sociopolíticos y culturales, así como de instituciones educativas. Aunque su esposo duró solo dos años en tal cargo, la huella que ella dejó de su paso por Tepic fue imperecedera, de lo que dan cuenta los orígenes y antecedentes de la actual Universidad Autónoma de Nayarit.
En 1945, al año siguiente de la muerte del marido, la viuda de Castillo Ledón representó a México como firmante de la Carta de Chapultepec y luego en la reunión de San Francisco, ambas que dieron origen a la ONU. Posteriormente, en 1948, también representó a nuestro país en la integración de la OEA.
En 1952 fundó la Alianza de Mujeres de México y fue cuando se incorporó como primera mujer diplomática a un equipo presidencial, el de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958). En la campaña de éste, Amalia de Castillo Ledón le pidió que cuando accediera al poder concediera el voto pleno a la mujer –desde el régimen de Miguel Alemán ellas solo sufragaban en elecciones municipales–, lo que el mandatario concedió a partir de 1953.
Acreditada ya como una mexicana de excepción por la brillantez de su formación política, doña Amalia debutó el mismo año 1953 como nuestra embajadora en Suecia. Viajó por el mundo como Ministra Plenipotenciaria de México, de 1953 a 1956; y en 1957 pasó a la embajada en Suiza. Luego, en 1959 tituló la de Finlandia, tras lo cual retornó a la República, para desempeñar el cargo que le asignó el presidente Adolfo López Mateos como subsecretaría de Asuntos Culturales de la SEP. Fue la primera mujer en alcanzar tan alto nivel en un gabinete presidencial.
Cumplido tal encargo, en 1965 se le acreditó como nuestra representante ante la ONU y finalizó su extraordinaria carrera diplomática desempeñándose por cinco años, de 1965 a 1970, como la portavoz del país azteca en Europa desde Austria.
Queda en el tintero mucho material para comentarios sobre la pródiga vida y obra de doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón, que además de feminista, luchadora social y política, conferencista, funcionaria de primerísimo nivel y diplomática, fue escritora y dramaturga.
Con el señor Castillo Ledón duró casada diecisiete años –él falleció de 65, en 1944–, y procrearon tres hijos: Luis Antonio, Beatriz y Gabriela. Y llegó a ser tan poderosa doña Amalia, como que a lo largo de cincuenta y siete años de su vida mantuvo una interlocusión directa con ¡9 presidentes de la República!, desde el tamaulipeco Emilio Portes Gil hasta el poblano Gustavo Díaz Ordaz.
Doña Amalia falleció en la ciudad de México el 3 de junio de 1986, cuando le faltaban poco más de dos meses para cumplir los 88 años. Sus restos fueron depositados en la Rotonda de los Tamaulipecos Ilustres, en Ciudad Victoria. Pero el 22 de noviembre de 2012 se les exhumó para ser llevados a la Rotonda de las Personas Ilustres, en la capital del país, donde descansan para siempre.
El teatro victorense del Centro Cultural Tamaulipas lleva su nombre, como muchas escuelas, bibliotecas y centros culturales de todo el Estado.
Ventaneando, Lunes 3 de Junio de 2019.