Cirujano Pediatra. Egresado del Hospital de
Especialidades 20 de Noviembre–ISSSTE.
Civismo: Celo por las instituciones e interés por la patria/celo y generosidad al servicio de los demás ciudadanos.
Diccionario de la Lengua Española.
Real Academia Española, XXI edición.
EL próximo 7 de octubre tendrán verificativo las elecciones para el relevo de presidencias municipales en los 43 municipios de nuestro
Estado, así como la renovación del Congreso local.
Aun cuando la fecha de arranque para el proselitismo de los
candidatos es a mediados de agosto, ya podemos percibir los primeros
signos de efervescencia de los grupos políticos para colocarse, según
sus preferencias, en la mejor posición.
Este período cíclico se caracteriza porque los protagonistas son, por lo
general, los mismos; y ha sido así porque el resto de los ciudadanos nos
hemos mantenido apáticos ante una actividad que, siendo prioritaria, la
evadimos.
Después de 71 años de marasmo cívico, el 2 de julio del 2000 la gente
tomó conciencia de votar y hacer valer su voto, con lo cual Vicente Fox
pudo ganar, sin sombra de duda, la elección presidencial.
Tras ocho meses de cambio de mando, observamos que las grandes
expectativas que un hombre –Fox–, fue capaz de generar en la población,
se han diluido. La decepción se acrecienta al no percibirse cambio en la
alternancia.
En estos momentos cruciales para la vida democrática del país debemos
ponderar nuestra responsabilidad como ciudadanos. Así como hemos
recobrado autoridad sobre nuestro voto, debemos participar activamente
en las decisiones que marcan nuestros destinos. No podemos regresar al
sistema de gobierno paternalista que nos resolvía un gran porcentaje de
nuestros problemas, pero a un precio muy alto: la castración ciudadana.
Considero que ante la crisis en que se encuentran inmersos los partidos
políticos, debemos nosotros mismos, como gente común y corriente,
participar activamente: Adherirnos al partido que consideremos pueda
llegar a comulgar con nuestras ideas, para que desde adentro podamos
ser contrapesos reales a los políticos. Es decir, que la voz de la gente pueda
ser escuchada desde las entrañas mismas del aparato de gobierno.
Cuando un ciudadano decide que ha llegado el momento de involucrarse
en los asuntos públicos que le atañen, existe un rechazo absoluto de la clase
política establecida “por carecer de experiencia”.
Antes de amedrentarnos ante esta aseveración, debemos hacernos dos preguntas:
Si no tomamos la determinación de empezar a participar en estas lides, ¿cuándo
iniciaremos el proceso de aprendizaje? Y la segunda: ¿Quién engañó a los
políticos diciéndoles que sus puestos son vitalicios?
El despertar cívico está en nuestras manos: El 7 de octubre es la fecha. No la
desperdiciemos.
* Tomado de Columna ‘Ventaneando’
de “El Mañana” de Reynosa, publicado
Jueves 2 de Agosto de 2001.
Ventaneando, Viernes 10 Noviembre 2017.