¿SE puede entender el éxito político de Felipe González sin la figura de Alfonso Guerra? ¿Habría conquistado México Hernán Cortés sin La Malinche? ¿Pierre Curie habría sido poco más que un químico destacado sin su esposa Marie? ¿Juan Ramón Jiménez habría obtenido el Nobel sin Zenobia Camprubí? “A la sombra. Actores secundarios de la historia” (Editorial Alhulia), una obra coral firmada por 58 autores y editada por Milena Sanz, ofrece una respuesta contundente: no. Sin ellos, sostiene el ensayo, las biografías de las figuras a las que apoyaron nunca habrían sido las mismas. Posiblemente, ni siquiera habrían logrado sus objetivos ni entrado en la historia.