¿SE atreverá? ¿Es Vladimir Putin un sociópata nihilista que no valora la vida humana y estaría dispuesto a usar armas nucleares contra sus enemigos? ¿O es, más bien, un hábil negociador que utiliza la amenaza nuclear para extraer concesiones de sus rivales? Estas son las preguntas que en estos días le quitan el sueño a los militares, diplomáticos y espías estadounidenses y a sus aliados. También a la gente común.