El siguiente es un manual para no perderse en la tortuosa búsqueda de comprender, sino para activar una serie de recursos probados contra sus contrincantes.
NO sabemos discutir. Se nos dificulta hasta extremos inverosímiles procesar información, valorar el conocimiento y sobre todo argumentar. Pero eso sí, tenemos más que afiladas las capacidades para adjetivar, descalificar e incluso amenazar. Y si creen que exagero pueden darse un paseo por las redes.
El siguiente es un manual para no perderse en la siempre tortuosa búsqueda de comprender, sino para activar una serie de recursos probados contra sus contrincantes: