EL día a día de la República va amontonando hechos difíciles de explicar con argumentos razonables. En ese confuso e incesante acontecer lo que se ve con inquietante claridad es el antagonismo existente entre el gobierno y una muy heterogénea y dispersa miscelánea opositora cuya seña de identidad es un antilopezobradorismo invertebrado y compulso.