EL “Economist” es uno de los emblemas de la prensa seria. La que leen los banqueros de Londres. El número de hace unos días anunciaba así: “Cómo lidiar con el régimen más peligroso del mundo”.
En la portada, un sonriente Kim Jong-un, brazo en alto, ante un paisaje de tierra arrasada, tres explosiones nucleares al fondo, y la frase: “Manéjese con extremo cuidado”.
Como corresponde a la prensa seria, pone el tono para la conversación global. Es curioso, todos los reportajes, las crónicas, las noticias sobre Corea del Norte hablan del “hermetismo” –todo allí resulta secreto, oscuro, incluso misterioso–. Pero nadie se priva de opinar. Y además de manera terminante.