ESTA frase tiene ya más de 300 años. Se cuenta que a principios de 1700 una señora de nombre Jesusa era la encargada de hacer las compras para los patrones.
Poco a poco empezó trayendo menos cosas. Cuando le preguntaban porqué, ella solo decía que la habían “bolseado” y, como era muy querida por toda la casa, no le decían nada.
Pero un día llegó sin nada y cuando el capataz fue a contarle al patrón, éste lo interrumpió diciéndole: “¿Ahora qué pasó? No me vayas a salir conque a Chuchita la bolsearon…”
A partir de ese momento doña Jesusa no volvió a hacer las compras, quedándose sólo como la nana de los hijos de los patrones, quienes la adoraban y siempre cuidaron de ella.
Las buenas lenguas decían que lo que pasó fue que doña Jesusa era de tan buen corazón que le regalaba lo del mandado a la gente pobre que se encontraba en el camino. Las no tan buenas lenguas decían que a doña Jesusa le gustaba tomarse sus copitas y se gastaba lo del mandado en las bebidas.
Lo que sí es que la frase “A Chuchita la bolsearon” pasó a la posteridad como forma de explicar un despojo no creíble, como cuando sentimos que alguien nos está contando algo que creemos que es mentira o que está alejado de la realidad.
Ventaneando, Lunes 23 de Julio de 2018.