HACE algunos años, quien padecía cirrosis hepática no contaba con el respaldo de una terapéutica que pudiera ofrecerle la atención adecuada para superar su enfermedad; en muchos casos el paciente recorría un tortuoso camino que lo conducía a un inevitable descenlace.
Frente a este problema, un grupo de especialistas del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM puso a disposición de la sociedad un fármaco con efectos probados tan favorables que, incluso, ha salvado la vida a pacientes médicamente desahuciados.
De 1990 a 1994 el grupo de investigadores encabezado por el doctor Lino Díaz de León Hernández estudió los efectos, en enfermos de cirrosis hepática, del fármaco carmabato de benzimidazol, más conocido como Mebendazol, su nombre comercial.
El problema fundamental de la cirrosis hepática consiste en una acumulación de tejido cicatricial en el hígado como respuesta a diferentes tipos de lesiones o cualquier tipo de daños entre los que se incluye la ingesta crónica de alcohol. Existen también posibilidades de daño por lesiones, producto de secuelas de hepatitis viral o como resultado de desórdenes del metabolismo; otros factores pueden ser respuestas secundarias a tratamientos de fármacos o antibióticos que pueden derivar en cuadros de fibrosis hepática.
Asimismo, como causales se tiene el uso de solventes en diferentes áreas de trabajo como aquellas en que se utilizan o fabrican pinturas, polímeros, etc. Un sector social de alto riesgo es aquel compuesto por infantes y jóvenes quienes por inhalación han desarrollado una dependencia a ciertas sustancias solventes tóxicas.
El doctor Díaz de León explica que la lesión o el daño al hígado puede ser agudo en el caso de bebedores crónicos ya que ingestas prolongadas desarrollan una hepatitis, es decir, una inflamación del hígado que puede ser mortal. Las estadísticas indican que entre el 70 y el 80 por ciento de los casos de pacientes que ingresan a los hospitales con un cuadro de hepatitis alcohólica fallecen.
Cuando la lesión es ligera y esporádica, el problema predominante es la acumulación del tejido cicatricial; en particular de la proteína colágena, empleada por el organismo como parte del proceso reparativo ante una lesión hepática.
El problema en un hígado enfermo es que el número de células que empiezan a morir se incrementa aceleradamente y como consecuencia aparece una acumulación exagerada de colagena.
Algunos intentos para atender este problema buscan, por un lado, impedir o disminuir la inflamación vía fármacos antiinflamatorios, sólo que los trastornos secundarios no han sido debidamente superados.
Por otro lado, grupos de investigadores han buscado interferir con procesos de síntesis de la secreción y el depósito de esta proteína.
Los primeros intentos para contrarrestar esta respuesta del organismo fue vía el uso de medicamentos, como la colchicina empleada para otro tipo de padecimientos como la gota; sólo que no se obtuvo el resultado esperado. Además, la administración prolongada produce efectos colaterales indeseables. La característica principal de Mebendazol es su propiedad antimicrotubular, es decir, se trata de un fármaco empleado para combatir parásitos intestinales. La razón por la que resulta tan complicado diseñar un compuesto específico para el tratamiento de daños al hígado es que no es sencillo crear una sustancia selectiva para un órgano en particular.
La Alternativa. Cuando el doctor Díaz de León concluyó sus estudios de posdoctorado en los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland, EUA, regresó a México para probar en cirrosis la efectividad de un compuesto diseñado en 1974 para su uso en parasitosis en aparato digestivo, considerándose como un antihelmíntico de amplio espectro.
De este compuesto, indica el investigador, se estudió su farmacocinética y biodisponibilidad. Se logró identificar que su propiedad principal es unirse a las proteínas que están involucradas en todo el sistema microtubular, interfiriendo con el transporte y secreción de proteínas. Aunque estaba aprobado para emplearse en humanos para tratamientos específicos, se pensó en evaluar su efecto y proponerlo como un tratamiento alterno para cirrosis hepática, pues tenía la ventaja de ser poco soluble para atender parasitosis del aparato digestivo y de que la absorción fuera pobre a nivel intestinal para eliminar o disminuir otros efectos secundarios.
“Nos documentamos sobre el trabajo de otros grupos de investigadores con respecto a este compuesto, incluyendo el efecto del medicamento en otro tipo de parásitos como filariasis, toxocariasis y quiste hidatídico. Conocer ello nos permitió diseñar diferentes protocolos para evaluar el efecto del Mebendazol”.
El estudio se desarrolló en tres fases. En modelos in vitro se observó su efecto en células como los fibroblastos que sintetizan proteínas de matriz extracelular, predominantemente colágena; así como en células mononucleares como macrófagos en diferentes parámetros como proliferación, actividades degradativas y fagocitosis.
“Por otro lado –abunda el estudioso–, nos interesaba estudiar el fenómeno de cooperatividad celular y analizar los efectos que pudiera tener sobre el metabolismo de las células presentes en el hígado. En este primer acercamiento, se comprobó: que el compuesto efectivamente tiene actividad microtubular; inhibe toda la biosíntesis y secreción de proteínas de las cuales el fibroblasto es responsable de sintetizar, estimula actividades degradativas con un efecto de cooperatividad celular. De tal suerte que el compuesto es capaz de inhibir la secreción y el depósito de estas proteínas y en un efecto de cooperatividad incrementar las actividades degradativas”.
A la vanguardia de la Medicina mundial. El estudio en pacientes se dividió en cuatro etapas: una, evaluó pacientes con cirrosis terminal, cuyos pronósticos de vida oscilaban entre 6 y 12 meses. Prácticamente enfermos desahuciados.
En dicho estudio, desarrollado en cuatro años, se atendieron cinco pacientes con antecedentes de hábito crónico de ingesta alcohólica, con un diagnóstico de cirrosis avanzada. Cabe señalar que los cinco pacientes actualmente están vivos. Con el tratamiento a base de Mebendazol se logró mejorar sus parámetros de salud; disminuyó la concentración de colagena hepática; mejoraron también sus niveles tanto hematológicos como bioquímicos de funcionamiento del hígado.
La segunda fase consistió en un estudio prospectivo y retrospectivo para evaluar parámetros de implicaban riesgo de muerte en pacientes con cirrosis. Se ha sugerido que si un paciente tiene una disminución notable de la albúmina circulante (proteína plasmática que es responsable de varios procesos metabólicos) como resultado de que el hígado baja su secreción de proteínas, la disminución de ésta puede constituir un factor que llega a representar hasta el 70 o el 80 por ciento de muerte.
Debido a problemas secundarios como várices, los pacientes con cirrosis tienen períodos de sangrado muy severos, presentan cuadros de anemia con disminución muy fuerte de hemoglobina y disminución del proceso de coagulación.
El otro problema que aparece con frecuencia es el incremento de bilirrubinas totales; es decir, la obstrucción de los ductos biliares hepáticos que interfieren en el metabolismo del individuo, también es causa de muerte.
Ello permitió analizar diferentes dosis de administración en los pacientes y todos los enfermos registraron una mejoría en los niveles de albúmina, tiempos de coagulación y una disminución en los niveles de bilirrubinas totales.
Actualmente se pretende incrementar el número de protocolos en diferentes hospitales de México, a fin de atender a un mayor número de casos y establecer una validación más amplia del medicamento.
El Mebendazol es un producto que mejora el funcionamiento del hígado, disminuye el compromiso cicatricial y de hipertensión portal que no se podían realizar en pacientes con problemas de sangrado como la resección de várices en esófago.
Con el tratamiento se han reincorporado a la vida activa alrededor de 60 personas.
El estudio desarrollado por los investigadores universitarios constituye la oportunidad para que pacientes enfermos de un padecimiento, considerado incurable hasta hace algunos años, aumente su esperanza de vida.
* Tomado de la revista “UNAM hoy”.
Año 3, No. 13; Julio-Agosto de 1994.
Ventaneando, Lunes 22 de Noviembre de 2021.