Periodista.
Hubo una vez un adinerado escocés que después de un viaje épico de varios días llegó y se enamoró del lugar. Durante 22 años se lo apropió en lo material y en lo artístico.
SI has escuchado hablar de un ‘gringo loco’ que se puso a construir estructuras de concreto en medio de la selva de Xilitla, en San Luis Potosí, déjame contarte que Edward James no era gringo ni estaba loco, y su hazaña va más allá de lo que puedes imaginarte. Te invito a celebrar su cumpleaños, el 16 de agosto, visitando su legado.
Edward James dejó su huella no solo en esa área, conocida como Las Pozas, sino en el Pueblo Mágico de Xilitla, donde también hay una que otra obra de James y de su arquitectura estilo ‘indeterminado’. Sir Malboro, como también le decían, contrató a más de 150 personas para construir una serie de estructuras de hormigón en nueve hectáreas, que fue adquiriendo poco a poco, para que interactuaran con la naturaleza.
Su gran aliado fue Plutarco Gastelum, un indígena yaqui que, a decir de las señoras de la época, era altísimo y muy guapo. Él y su familia acogieron a James en su casa, donde hoy está el hotel boutique El Castillo, de arquitectura surrealista, en el que puedes hospedarte o hacer una visita guiada. Allí hay un fresco de la pintora Leonora Carrington.
James venía de un contexto distinto: Guerra, frío y depresión. Era entendible que la naturaleza ingobernable, la calma, el buen clima y la belleza de este paraje lo apasionaran al punto de que consagrara a ellos lo que le quedaba de vida y de dinero.
MAGIA, SUEÑO E INVENTIVA
El Jardín Escultórico de Edward James es pionero en su tipo, una experiencia biocultural en la que participan todos los sentidos: La humedad o el frescor del chapuzón en una poza estimulan el tacto; la manera en que las plantas y flores, traídas de todo el mundo, se adueñan de las estructuras de concreto, seducen la vista; el aroma que estas desprenden y el sonido de aves y animales silvestres, de tu olfato y oído.
En este Psicodelic ranch o Xilatlantida ranch, como el propio James solía llamarlo, interactúan Alicia en el país de las maravillas, El libro de la selva, los Hare Krishna (James fue discípulo de Krishnamurti), elementos arquitectónicos góticos y masones, romanos y griegos, japoneses e indonesios, indios y egipcios, incas y mayas; con plantas de todo el mundo en proyectos inconclusos, ya que según James la naturaleza se encargaría de terminarlos.
Entre cascadas y pozas, naturales o creadas, te sumerges en un mundo de ensueño, un laberinto surrealista que te lleva a puertas que dan paso a la nada y escaleras que conducen al cielo.
James trabajó en el jardín desde 1962 hasta el día de su muerte, en 1984. También fue mecenas de muchos artistas surrealistas, entre los que destacan Leonora Carrington, Salvador Dalí, Luis Buñuel y René Magritte, quienes plasmaron a James en varias de sus obras, y fueron retomados por él en su jardín. Te sugiero separar las leyendas urbanas de la realidad cuando te cuenten que aquí James comió hongos con John Lenon, se echó un absenta con Disney (que lo inspiró para sus obras más alucinadas: Alicia en el País de las Maravillas y Fantasía); tuvo charlas fantásticas con Obi-Wan Kenobi (Alec Guinness), se hizo inseparable de Leonora Carrington y se peleó con Salvador Dalí.
Aquí James transmutó en varios alter egos: Fue bruja y druida celta, emperador romano y masón. Interactuó también con chamanes, concheros y monjes del Tíbet. Cuando percibes la energía que emana de este espacio lo entiendes todo y nada: James juega contigo desde el más allá.
Conserva y difunde el patrimonio de Edward James, que concibió este espacio para que fuera tragado por la naturaleza y descubierto por arqueólogos del futuro. La Fundación Pedro y Elena Hernández no lo permitió y adquirió el jardín para llevar a cabo las titánicas labores de conservación.
Entre sus principales acciones (mencionarlas todas sería imposible), están la conservación de estructuras y jardín bajo los lineamientos del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes), dinámicas de concientización de que el espacio no es balneario, sino un museo al aire libre; proyección mensual de cine surrealista y pláticas sobre la corriente turística, para renovar la fascinación por James; limitar el acceso a 800 personas diarias y complementar la experiencia del visitante con una inmersión museográfica surrealista para 2020.
INFORMACIÓN ÚTIL
El Jardín Escultórico Edward James abre de 9:00 a 18:00 horas, los 365 días del año. Entradas $100 adultos, $50 menores de 12 años y tercera edad. Menores de cinco años entran gratis.
Servicio de guía recomendado: http://www.laspozasxilitla.com.mx/?p≠19
Museo Leonora Carrington: Martes a jueves, de 11:00 a 17:00horas; viernes a domingo, de 11:00 a 18:00 horas. Entrada general $40. Estudiantes y adultos mayores $20. Menores de 10 años entran gratis.
DÓNDE DORMIR: Hotel El Castillo, www.htourshuasteca.com Tel. 442-205 1147. Camino Surreal, https://www.facebook.com/caminosurreal/ Tel. 489-365 0367.
* Tomado de la Revista enViva
Órgano de la línea “Viva Aerobus”.
No. 17, Mes de Agosto de 2019.
Ventaneando, Lunes 2 de Septiembre de 2019.