ESTAMOS en un compromiso con nosotros mismos. No es que debamos obedecer una indicación oficial y sentir que nos tienen controlados, es reconocer que lo más valioso que poseemos es nuestra familia y lo más importante en ella es la salud.
Es imperativo tomar la decisión propia de cuidarnos, con un alto sentido de responsabilidad enfocado hacia el bienestar de los nuestros.
No es sentir que nos estamos supeditando a las indicaciones de alguien. Más bien saber que estamos accionando con respeto a algo que es una realidad y que ya nos alcanzó, afectando a un familiar, un amigo o algunas personas que ubicamos dentro de nuestro entorno cercano.
Si de algo no hemos carecido es de la amplia información sobre la pandemia del Covid-19, pues todos los días las autoridades de salud salen a dar información actualizada del comportamiento de este virus letal.
Los tiempos de cobertura en los medios de comunicación sobre el tema son bastante amplios. Hasta podemos decir –porque así lo expresan los expertos–, que las cifras se quedan cortas o que desafortunadamente por intereses políticos se esconden las cifras reales.
Entonces, ¿qué esperamos para tomar conciencia sobre este tema?
Seguramente es mucho lo que nos afecta estar por tanto tiempo en “confinamiento responsable”, pero la moneda de cambio es bastante cara: ¡es seguir abrazando a tus hijos o no!; ¡es apapachar y consentir a tus nietos o no!; ¡es seguir de la mano de tu pareja o no!; ¡es disfrutar los gratos momentos con tus amigos o no! Es simplemente ser… o no ser ¡Así de fácil!
Muy probablemente la angustia de muchos es el factor económico y tienen mucha razón, pero como expresa el dicho: “el dinero va y viene” y mientras sigamos viviendo, ya habrá tiempo, forma y manera de acomodar las cosas para seguir avanzando.
A nadie le pasa por su mente desearle un mal a los suyos. Este es el momento idóneo para aplicar y atender con suma responsabilidad todas las recomendaciones establecidas por las autoridades de salud para no vivir situaciones indeseables en el seno familiar.
Hay una máxima que dice: “quien no se respeta a sí mismo, no puede respetar a los demás”. Comencemos por nosotros mismos y seamos ejemplo de respeto y disciplina en un momento en el que la “era” nos llama a co-habitar con un “bicho” que llegó para quedarse.
Seamos en los años por venir, los testigos vivientes de un fenómeno sanitario que invadió al mundo y acabó con la vida de muchas personas y trastocó la economía de muchos países, pero sin embargo… ¡ahí estaremos para contarlo!
¡Hasta la próxima!
* Empresario farmacéutico y
Jefe de la Oficina Fiscal.
Tomado del magazine “TOP”.
Reynosa, 10 de Julio de 2020.
Ventaneando, Lunes 31 de Agosto de 2020.