A unos cuantos pasos de Tijuana, la frontera californiana ofrece todo un mundo de actividades
recreativas y culturales en una ciudad sin igual.
AL seguir la costa del Pacífico, San Diego está justo en medio de dos de las ciudades más bulliciosas y transitadas del mundo. Por un lado Tijuana, Baja California, la ciudad fronteriza más visitada del planeta. Se estima que cada año recibe cerca de 40 millones de personas. Por su parte, Los Ángeles se extiende a lo largo y ancho de 12,310 km2 y es famosa por ser el lugar donde miles de aspirantes a actores se instalan para lograr su sueño, además de todos los turistas que la visitan a diario.
Si lo que se busca es un destino un poco más tranquilo, en San Diego puede disfrutarse de un clima excepcional, comida fantástica y, por supuesto, de sus hermosas playas. San Diego reúne lo mejor de los dos mundos, ya que fusiona algunas de las propuestas bajacalifornianas más sobresalientes con las grandes experiencias que se viven en su vecino del norte. Por ello, este destino es una especie de oasis que nadie se puede perder.
Llegar es tan fácil como cruzar un puente. En definitiva, una de las formas más convenientes de llegar a San Diego es volando a Tijuana, ya que entre ambos aeropuertos se encuentra el Cross Border Express, mejor conocido como CBX: un puente por el que se puede cruzar la frontera sin salir del aeropuerto y así evitar las enormes filas que caracterizan este punto fronterizo.
Recomendamos comprar el boleto de CBX con anticipación en su sitio web, pero si se prefiere puede hacer directamente en la terminal del aeropuerto. Es muy importante que si se planea recorrer más de 40 kilómetros desde la frontera con México o si la estancia se extenderá por más de 30 días, se tramite el permiso I-94 en línea, el cual es un requisito de Migración para extranjeros que ingresan a Estados Unidos por tierra.
La experiencia del CBX es realmente ágil. Al bajar del avión se deben seguir los señalamientos y fijarse muy bien de no salir en ningún momento del aeropuerto de Tijuana, ya que después no se podrá regresar. Una vez allí se recorren unos cuantos pasos por el puente: se verá la línea que separa ambos países y, finalmente, el visitante llegará a una pequeña terminal en Estados Unidos donde se deberá seguir los protocolos regulares de Migración y Aduana. Al salir del CBX se podrá encontrar un shuttle que llevará al recién llegado a San Ysidro o un transporte privado que lo dejará directamente en San Diego.
485 Hectáreas que lo tienen todo. Aproximadamente a unos 2.5 kilómetros del centro de la ciudad de San Diego, que, por cierto, pueden caminarse con mucha facilidad, se encontrará un lugar encantador que además de ser el pulmón de la ciudad también es su centro cultural más importante. Se trata de Balboa Park, un lugar icónico que hospeda al mundialmente famoso Zoológico de San Diego, entre muchas otras atracciones.
Algunos de los edificios más sobresalientes, que se caracterizan por su arquitectura colonial, son el Edificio California y la Casa de la Hospitalidad. Sin embargo, el Edificio Botánico es una experiencia única, por dentro y por fuera. Su impactante construcción está hecha de listones de madera y es una de las estructuras de este tipo más grandes en el mundo. En su interior se puede encontrar una colección de más de 2,100 especies, que incluyen impresionantes colecciones de plantas tropicales, orquídeas, un jardín de cactus, uno de rosas, otro de estilo japonés, además de un cañón de palmeras, entre muchas otras.
El Balboa Park es tan fascinante que cuenta con una colección de museos para satisfacer toda clase de gustos e intereses. Para quienes disfrutan del arte, están el Museo de Arte de San Diego, el Museo de Artes Fotográficas, el Museo Internacional Mingei, el Museo de Arte Timken y el Instituto de Arte Contemporáneo de San Diego. Si la ciencia es lo suyo, encontrará el Centro de Ciencias Fleet, el Museo de Historia Natural y, dentro del Edificio California, el Museum of Us (que dejó de ser el Museo del Hombre).
San Diego también es famosa por hospedar año tras año la convención de cómics más grande del mundo, la cual también tiene su museo aquí: el Museo Comic-Con presenta exhibiciones de accesorios, utilería y vestuarios de películas y otros artefactos de la cultura pop. No se debe dejar de visitar el Centro Cultural de la Raza, que se enfoca en el arte y las culturas chicana, mexicana, indígena y latina.
Para cuando el hambre apremia, se recomienda Panamá 66, un agradable restaurante en el Museo de Arte de San Diego donde se puede disfrutar de una excelente variedad de cervezas, además de la rica hamburguesa que nunca puede faltar en un viaje a Estados Unidos. Hay que revisar la cartelera en su página web para no perderse su música en vivo, principalmente de jazz.
El corazón de San Diego está en su centro. Ubicado a sólo minutos del aeropuerto, el centro de San Diego ofrece una gran cantidad de opciones para hospedarse, actividades, restaurantes y atracciones culturales, y lo mejor es que se puede recorrer fácilmente a pie, en bici o transporte público.
Durante el día, la familia puede disfrutar del paseo por sus calles y atracciones como el Edificio California, o agasajarse en cualquiera de sus decenas de ofertas gastronómicas. Durante la noche, Downtown se convierte en un parque de diversiones para adultos, con una sustanciosa variedad de bares, antros y rooftops para un trago casual.
En el histórico Gaslamp Quarter se puede apreciar un mix de arquitectura moderna con victoriana, además de visitar galerías eclécticas, boutiques de lujo o pubs con lo mejor de la cerveza local y foránea. Por su parte, el barrio de Cortez Hill tiene también edificios emblemáticos como la Catedral de St. Joseph o la Escuela de Derecho del Oeste de California. En Little Italy se descubrirá el sabor de lo auténtico, ya sea con una rebanada de pizza y un espresso bien acompañado por un biscotti en algunos de los cafés del lugar o una cena a todo lujo en uno de sus tantos restaurantes de autor en Kettner Boulevard, también conocido como “Top Chef Alley”.
Pocos espectáculos como un atardecer en el Pacífico. Uno de los grandes atractivos de San Diego es que es una gran ciudad situada a unos cuantos pasos del mar y, como bien sabemos, allí “la vida es más sabrosa”. En el extremo sur de Point Loma se encuentra el Monumento Nacional Cabrillo, una estatua de Juan Rodríguez Cabrillo, quien fue el primer explorador europeo en navegar por la costa de California. Sin embargo, este hito norteamericano ofrece mucho más que unas cuantas fotos junto a la imagen, ya que el parque donde se encuentra regalará al visitante increíbles vistas panorámicas del Pacífico, del centro de San Diego e incluso, a veces, se alcanzan a ver las montañas de Tijuana.
Ahora bien, si de visitas y recorridos se trata, no se debe dejar de ir a La Jolla. A sólo 20 minutos en auto al norte de San Diego, en este distrito hay diez playas donde pasar el día a lo largo de su costa y realizar todo tipo de actividades, como comer en alguno de sus restaurantes, admirar los murales y ver las enormes colonias de focas y lobos marinos descansar plácidamente en la playa o sobre las rocas junto al mar.
Si se viaja a Tijuana, no se puede dejar de darse una escapada a San Diego que, como puede verse, tiene algo para todos. O bien, utilizar esta ciudad bajacaliforniana de trampolín para tomarse estas vacaciones tan necesarias como merecidas.
* Tomado de ‘enViva’,
La revista de Viva Aerobús.
Año 5, No. 50, Octubre 2022.
Ventaneando, Lunes 7 de Noviembre de 2022.