La locura de un soñador
Entre las ciudades del Estado de Texas, San Antonio se distingue por su identidad; y es la mezcla de culturas lo que le ha dado un sabor especial. Una ciudad en que contrasta el espíritu moderno y emprendedor para los negocios, a través de los centros comerciales, en contraste con lo conservador de sus tradiciones y el orgullo texano que se aprecia en su gastronomía, en su música y hasta en su manera de vestir.
SAN Antonio no es únicamente el Paseo del Río, pero ¿qué sería de él si le faltara The Riverwalk? La personalidad de esta ciudad gira alrededor de este paseo que enorgullece a todo Texas, que le da una especial ambientación por el bullicio y la actividad de sus centros culturales, restaurantes, tiendas de “souvenirs”, hoteles y centros nocturnos a todo lo largo del río.
Es tan atractivo que uno pensaría que carece de funcionalidad. Sin embargo, fue creado precisamente para salvar a la ciudad de las inundaciones que hasta 1920 cobraban vidas humanas y grandes pérdidas económicas a la comunidad.
Para terminar con este grave problema, el gobierno propuso rellenar con concreto el Río San Antonio, solución a la que la ciudadanía, representada por la Sociedad de Conservación, se opuso terminantemente. Fue entonces cuando el arquitecto Robert Hugman tuvo la idea de construir un largo parque al nivel del río donde se asentarían restaurantes, teatros y tiendas. Hugman visualizó, además, un Río San Antonio poblado de góndolas.
No faltó quien recibiera esta idea como “la ocurrencia de un delirante soñador”. Pero al poco tiempo, y para sorpresa de todos, el proyecto de Hugman se echaba a andar; él mismo construyó 21 puentes, 31 escaleras, el Teatro Arneson…
En la actualidad, este corredor turístico es una realidad que, incluso, rebasa “la locura de aquel soñador” para convertirse en un sorprendente “Paseo del Río”, prodigio de la estética urbana que como tal no tiene igual en Norteamérica.
El paseo se puede recorrer en una deliciosa caminata o por un agradable paseo en lancha. A lo largo del trayecto se crean diferentes atmósferas de acuerdo al tipo de edificios que lo rodean, por lo que su recorrido siempre es sorprendente: Con sabor latinoamericano en La Villita, original asentamiento de la ciudad; con estilo europeo a la altura de la Biblioteca Central, como en el luminoso Caribe cerca del restaurante Bayou Riverside; con modernidad norteamericana en donde se localiza el Rivercenter Mall y con ambientación mediterránea en el Hotel Mansión de Río…
Cinco kilómetros de atracciones ofrece el Paseo del Río. Sobresalen 35 puentes, unos forjados de hierro y otros recubiertos de azulejos. Las escalinatas de estos puentes son vías de acceso a nivel de las calles desde donde obtendremos impactantes vistas de los edificios más importantes de la ciudad.
Por las noches se puede disfrutar del más versátil e iluminado paisaje amenizado por mariachis en la explanada de La Villita, por un grupo de rock a la altura del Hard Rock Café o una banda de jazz contratada por el restaurante del Hyatt Regency Hotel de San Antonio.
Sus grandes atractivos. Todos los que lo han visitado están de acuerdo en que el Paseo del Río es el lugar de mayor ambiente de la ciudad, y desde la Torre de las Américas se pueden admirar bellas vistas.
Mas entre la diversidad de sus grandes atractivos, San Antonio es el sitio ideal para ir de compras por sus incontables tiendas, que ofrecen una enorme variedad de productos y muy buenas ofertas. Pero la ciudad también es arte, por sus monumentos y sus dos grandes museos, el McNay y el de San Antonio.
Para el entretenimiento hay parques de diversión para todos los gustos, entre ellos el Sea World, el más grande de su género en el mundo.
En sus alrededores la Naturaleza es pródiga y, en verano, sitio ideal para campamentos. Hay que disfrutar del ambiente texano en su música, en el tradicional Buckhorn Saloon o en algún rodeo.
* Tomado de la revista mensual “Vuelo”,
distribuida por la Cía. Mexicana de Aviación.
Año V, Número 50; Marzo de 1998.
Ventaneando, Reynosa, Lunes 31 de Octubre de 2022.