NOTA DE ‘VENTANEANDO’: Pasado mañana se
cumplirán 29 años del asesinato de José Francisco
Ruiz Massieu. Resulta muy oportuno reproducir la
columna intitulada ‘Los Usos del Poder’, publicada
en el periódico “El Universal” el 6 de agosto 2013.
“NO quedó demostrado que el enriquecimiento que se le atribuyó a Salinas haya sido con motivo de su empleo, cargo o comisión en el servicio público”. De la sentencia del juez Carlos López Cruz.
‘Existe enriquecimiento ilícito cuando el servidor público no pudiere acreditar el legítimo aumento de su patrimonio o la legítima procedencia de los bienes a su nombre o de aquellos respecto de los cuales se conduzca como dueño, en los términos de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos’. Artículo 224 del Código Penal Federal.
Más allá de las fachadas del éxito, la acumulación de riquezas, de la densa red de empresarios, intelectuales, líderes religiosos y sociales que construyeron desde la Presidencia, del poder político acumulado (se dice que Carlos es “el poder detrás del trono”); de la fama de ser endemoniadamente astuto y de haber llevado a México al primer mundo (y de regreso), la familia Salinas de Gortari ha tenido un sino trágico.
Raúl, el mayor de los hermanos, pasó 10 años, tres meses y 13 días recluido en la cárcel de Almoloya de Juárez acusado de la autoría intelectual del asesinato de su ex cuñado, José Francisco Ruiz Massieu (9:23 am del 28 de septiembre de 1994, en calle Lafragua, a la altura del Hotel Casa Blanca). Manuel Muñoz Rocha, quien habría contratado al sicario que le quitó la vida a José Francisco, desapareció para siempre. Enrique, el menor de los shermanos, fue asesinado en diciembre de 2004… Y Luis Donaldo Colosio, el ‘hijo político’ de Carlos, perdió la vida en Lomas Taurinas a manos de un “asesino solitario”, según la versión oficial…
Como presidente, Carlos Salinas ejerció el poder a plenitud. La nota sobresaliente de su tránsito por la Presidencia fue el afán de imponer una modernidad autoritaria salpicada de corrupción, abusos del poder e impunidad.
Ahora, casi dos décadas más tarde, la decisión del juez federal Carlos López Cruz de absolver a Raúl Salinas de Gortari del delito de enriquecimiento ilícito es un revulsivo. Nada contó ni el saqueo de la “partida secreta”, según la indiscreción de Luis Téllez, quien se desdijo muy pronto; nada le significaron al juzgador las cuentas de 110 millones de dólares en Suiza; 41 propiedades en distintos puntos del territorio nacional, incluida la hacienda Las Mendocinas; la confesión de Raúl a su hermana Adriana: “Y voy a decir qué fondos salieron del erario público para que se devuelvan, yo creo que con eso la sociedad sí quedará contenta. […] Es una cobardía gigantesca de Carlos estarme mandando recados con Juan José de que le manden dinero porque el dinero es de él y venir a decir que él no sabía nada…”
El juez López Cruz no sólo lo exoneró, sino que ordenó devolverle todos los bienes muebles e inmuebles que le fueron asegurados por la autoridad. No hubo forma de probarle nada: ni su responsabilidad en el homicidio de Ruiz Massieu ni el enriquecimiento ilícito; tampoco peculado, defraudación fiscal o lavado de dinero.
La trama que condujo a este fallo escandaloso incluye el papel de agentes del Ministerio Público federal notoriamente ineptos o corruptos que, en más de 17 años, no lograron acreditar los cargos. También de jueces de la misma catadura que liberaron a todos los integrantes de las redes de protección al crimen organizado en Michoacán, y de los que favorecieron a Isidoro Rodríguez, “El Divino”, a Carlos Cabal Peniche y a tantos otros magos de la estafa que se benefician de leyes diseñadas para la impunidad, de la argucia de abogados de renombre y del apoyo de socios, como los que se prestaron a la farsa del “préstamo” a Raúl, como justificante de un patrimonio desmedido.
No tenemos remedio, nuestro sistema de procuración y administración de justicia está podrido. Ante la apelación de la Procuraduría General de la República, un tribunal unitario deberá confirmar, modificar o revocar la sentencia. El fallo es previsible. Este es un país de presuntos culpables y de presuntos inocentes.
* Tomado del periódico “El Mañana”.
Reynosa, Jueves 8 de Agosto de 2013.
Ventaneando, Martes 26 de Septiembre de 2023.