UNA canción, que es casi un himno para los mexicanos y raro es aquel que ignora su letra, sin duda lo es Cielito Lindo. Es el sentimiento hecho canción. Sin lugar a dudas uno de mis recuerdos inolvidables va estrechamente unido a esa canción.
Hace cinco años, aproximadamente, tuvimos la oportunidad de conocer la región del Tirol, en Austria. Deseosas de conocer el folklore del lugar, acudimos a un sitio donde lo mismo se interpretaba la música como la danza. Definitivamente no tienen fronteras, así que pudimos, no obstante la heterogeneidad del público, representantes de diversos países y lenguas, realmente disfrutar el espectáculo.
Como un regalo a sus oyentes, los cantantes del lugar empezaron a interpretar un popurrí de las canciones más representativas de los países cuyos nacionales ahí se daban cita. Esto provocaba que al escuchar la canción propia se levantaran y la entonaran juntamente, pero desde su asiento, con quienes estaban en el escenario.
Cuando tocó el turno a México, las notas que se dejaron sentir en aquel espacioso lugar fueron precisamente las de Cielito Lindo. Entonces, de diferentes mesas se empezaron a levantar personas que, con los ojos brillantes y con la emoción reflejada en el rostro, empezamos a entonar esa canción en un momento que pareció sublime.
Pero, si bien es cierto que la canción Cielito Lindo es de todos conocida, poco o nada sabemos de su autor, que lo fue precisamente Quirino Mendoza y Cortez.
Este inspirado compositor nace en Tulyelhualco-Xochimilco, Distrito Federal, un diez de mayo de 1862. El padre, agricultor y organista de la iglesia, fue Policarpio Mendoza Ocampo y la madre Juana Cortez de la Rosa, hija del director de la Banda de Zapadores de Jerez, Zacatecas, por lo cual indudablemente Quirino Mendoza llevaba la música en la sangre.
El padre de Quirino, además de enseñarle el manejo del arado, le enseña también a pulsar instrumentos de cuerda y el piano, y aprende a tocar el órgano con el párroco del lugar. Posteriormente, y durante varios años, habría de ser organista de los pueblos de Milpa Alta y Xochimilco, donde da a conocer sus primeros cantos religiosos y posteriormente se incorpora al magisterio.
En el Cerro Tehtli, donde gustaba de meditar, conoce a Catalina Martínez. Ambas circunstancias lo llevan a componer Cielito Lindo, de la que hace dos versiones. Con Catalina se casa y tiene tres hijos.
Al tiempo que compone, se desempeña como maestro rural en lugares como Los Reyes, San Mateo Xalpa, Santiago Acahaltepec y en la Escuela Municipal de Ixtacolpan.
Al ingresar a las filas revolucionarias compone “Jesusita en Chihuahua”, pieza que habría de ser utilizada como fondo musical de las películas “Las Abandonadas”, “Las Tres Pelonas”, “Viva Benito Canales”, “Odalisca Número 13”.
Junto con Manuel M. Ponce funda la Sociedad de Autores y Compositores de Música, donde registra más de ciento sesenta composiciones.
Quirino Mendoza fue autor además de 73 himnos, 102 canciones (pasos dobles, marchas, fox trot); compuso 57 cantos para jardines de niños, 50 huapangos, polkas, mazurcas, chotis y 12 cantos religiosos.
No obstante ello, el autor de una de las canciones más representativas de nuestro país, y que tantas generaciones han cantado, como ha sido Cielito Lindo, pasó severas penurias económicas obligándolo a pedir ayuda presidencial. Y se encontraba bajo el cobijo de su hijo Domingo, cuando falleció el día 9 de septiembre de 1957.
*Tomado del periódico “El Mañana”.
Reynosa, Martes 7 de Mayo de 1991.
Ventaneando, Miércoles 05 de Febrero de 2025.