Vislumbrar los lacerantes temas de pobreza y desigualdad, se pueden palpar al solo mirar nuestro entorno nacional y regional.
Quién no ha presenciado en México, una colonia qué más parece el mejor barrio de Beverly Hills, y muy cercano, observamos un suburbio estilo ciudades perdidas, llenas de basura, violencia e inmundicia. Este es un claro ejemplo de “desigualdad social”.
Sabemos que detrás de esa desigualdad primero tiene que presentarse el fenómeno de la “pobreza”, pero en los tiempos recientes, en México y el mundo, las brechas entre esa pobreza extrema y la exuberante riqueza, es más y más amplia. Aquí es donde se distingue claramente la pobreza de la riqueza que resulta en la insultante desigualdad económica.
Otro signo de pobreza y desigualdad, lo podemos ver en el acceso de las necesidades más básicas para sobrevivir. Aquí subrayo una de las más importantes, el acceso a los servicios mínimos de la salud. En México, CONEVAL acaba de reconocer que cerca de 51 millones de mexicanos, carecen de servicios de salud.
De acuerdo al CONEVAL (10 de agosto 2023): “El año pasado se duplicó la población que enfrentó carencia de servicios de salud, al pasar de 20.1 millones de personas sin acceso en 2018 a 50.4 millones en 2022”.
Otro factor de pobreza y desigualdad, que aún es más grave, tiene que ver con el rezago educativo y deserción escolar de nuestros jóvenes. CONEVAL reconoce que “Entre 2018 y 2022, 1.6 millones de nuevas personas registraron rezago educativo”; por ello, resulta que en 2022, la proporción se incrementó a 19.4%, es decir, 25.1 millones de personas con rezago escolar.
Por lo citado, la investigadora social del CONEVAL, Dra. Claudia Maldonado, expone que los recientes resultados reflejan las desigualdades en México, pues “La población sin servicios de salud se concentra entre las personas más pobres”. Por ello aumenta más esa brecha insultante.
En México, de acuerdo a organizaciones como OXFAM y la OCDE, es uno de los países con mayor desigualdad mundial, la brecha entre personas ricas y pobres aumenta cada año, lo que provoca profundas diferencias en el acceso a oportunidades, agravadas estas, por las desigualdades presentes en otras áreas, como de género, geográficas, étnicas, raciales, de casta o religiosas.
PIB PERCÁPITA:
Ahora bien, una variable estadística que nos puede mostrar más de cerca la pobreza y la desigualdad, es el Coeficiente de GINI. Para calcular este, es utilizado un factor de suma importancia, que es el PIB Per cápita.
En nuestro país, de acuerdo a la OCDE en 2022, la amplia y persistente brecha del PIB per cápita de México en relación con los países más avanzados de la OCDE, es producto principalmente del bajo nivel y el escaso índice de crecimiento de la productividad laboral.
El crecimiento de la productividad total de los factores fue negativo durante algunos años después de la crisis financiera, en tiempos del gobierno de Peña Nieto, la economía dio señales de recuperación a raíz de las reformas Estructurales.
Sin embargo, en los últimos años del gobierno actual, se han dado señales de retroceso del PIB, con signos de estancamiento del PIB y crecimiento de la inflación «Estanflación», con ello una clara caída del 7% del PIB per cápita y, con ello, “un aumento de la pobreza y la desigualdad”.
CONCLUSIÓN:
En síntesis, a manera de comparación con otros 53 países con economías similares a la nuestra, nos muestra el grave nivel de pobreza y desigualdad que México registra, al conocer que “Si ordenamos los 53 países más importantes del mundo en función de su PIB Per cápita trimestral, México se encuentra en el bajísimo puesto número 43 de 53, por lo que sus habitantes tienen, según este parámetro, un bajo nivel de riqueza”.
Esto significa, que
México es uno de los países más desiguales del mundo, ya que de acuerdo con el World Inequality Report 2022 “El 10% más rico de los receptores de ingresos en México gana 30 veces más de lo que percibe el 50% que menos gana”.
“En patrimonio, el 10% más rico de la población tiene cerca del 80% de la riqueza del país”.
No obstante que: “México es el país de la OCDE en donde más se trabaja. Es decir, en donde se laboran más horas al año, con un registro de más de 2,100 horas anuales por trabajador (el promedio OCDE es de 1,700). También, es el país de la OCDE con las jornadas laborales más largas, con cerca de un 30% de los trabajadores reportando jornadas de más de 50 horas a la semana, y el país con menos días de vacaciones pagadas al año, con un mínimo de 6 días anuales (en contraste con 20-25 días en la mayor parte de los países OCDE)”.
A pesar de este esfuerzo, “México tiene uno de los niveles más bajos de productividad de la OCDE. También tiene niveles bajos de crecimiento económico y crecimiento potencial”.
Finalmente, de acuerdo a los resultados registrados en lo que va de este sexenio, contabilizando los años que hemos perdido crecimiento del PIB anual, con los dos años recientes de la recuperación, el balance de crecimiento del sexenio, se estima que será menor a un dígito, esto es menor al 0.9% que, si se considera el aumento anual de la población y de la inflación, esto resultará en un sexenio con estancamiento económico…
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