La vida es una cuestión de actitud
Su mirada impone y su sonrisa contagia a todos. Sus pláticas conmueven hasta las personas más negativas y su actitud es un ejemplo a seguir. No por nada, su mensaje ha traspasado fronteras y más de cinco millones de personas han atestiguado su historia.
TODOS hemos escuchado el dicho: “Si la vida te da limones, haz limonada”. Como ese hay muchos otros que tienen el único fin de decirte que aproveches las circunstancias que la vida te presenta. Pero, ¿qué hacer cuando no tienes, aparentemente, las armas para conseguirlo? Nicholas Vujicic superó sus propias expectativas ante la vida, convirtiendo sus discapacidades en habilidades que hoy son un ejemplo para todos los que creen que existen los imposibles.
“Mi historia es larga, aunque muy simple a la vez”; así comienzan algunas de las miles de pláticas que da en escuelas, iglesias, empresas o donde se lo soliciten. Sin embargo, para lograr transmitir esa felicidad y sensación de paz que lo caracterizan, ha atravesado por infinidad de complicaciones; comenzando por su físico. Sí, él impresiona porque no tiene pies ni brazos.
NACE UNA ESTRELLA REAL. Tiene 31 años y es originario de Melbourne, Australia. Sus padres, un pastor cristiano y una mujer de fe, vieron cristalizado su sueño en el momento en que Nick llegó al mundo; sin embargo, este bebé traía consigo un reto, pues nació con una anomalía provocada durante su crecimiento embrionario llamada agenesia; esto quiere decir que sólo contaba con un pequeño pie deforme y dos dedos en su extremidad inferior izquierda. El pronóstico era aterrador, pero sus padres se empecinaron en que su primer hijo –tiene un hermano y una hermana–, tuviera una vida normal como cualquier otro niño, asistiera a una escuela ordinaria en Australia y viviera cada etapa sin complicaciones.
Aunque suena un poco maquiavélico, sus padres sólo querían lo mejor y no pensaron en que Nick sufriría al lado de niños que lo acosaban a grados insospechados. El pequeño no podía comprender por qué no podía ser como los demás; inclusive, durante años guardó un par de zapatos porque no se cansó de rezar y pedir a gritos que un día al abrir los ojos, como por arte de magia, aparecieran sus dos piernas.
Eso jamás sucedió. Sus deseos y pensamientos desencadenaron una fuerte frustración que se convirtió en depresión cuando tenía ocho años. Al llegar a los 10 ya pensaba en el suicidio y trató de ahogarse en una tina; sobrevivió porque su cuerpo reaccionó y lo hizo flotar. Fue entonces cuando se dio cuenta de que no quería abandonar a quienes lo habían cuidado y, peor aún, culparlos o lastimarlos con su muerte.
EN BUSCA DE UN MILAGRO. Tras una infancia llena de altibajos, a los 15 años comprendió que estaba en este mundo con un propósito, y a los 17, cuando cursaba la preparatoria, una persona dedicada a la intendencia en su escuela le sugirió que contara su historia a jóvenes que no tenían gusto por la vida, andaban en malos pasos o atravesaban por situaciones poco convenientes y peligrosas. De pronto, su vida tomó sentido: acercarse a los demás para llevar un mensaje de esperanza que les ayudara a retomar el camino.
UNA META POR CUMPLIR. Nick cursó dos carreras universitarias: Contaduría y Planeación Financiera. A la par, comenzó a trabajar en forma como orador motivacional, tocando temas de interés actual para la juventud, los sectores corporativos y comunidades no religiosas. A los 27 ya tenía experiencias y anécdotas suficientes qué contar en un libro, y lanzó el título: “No arms, no legs, no worries!” (‘Sin brazos, sin piernas, sin preocupaciones!’). También preparó un DVD llamado “El gran propósito de vida”, en donde retrató una parte de su vida hogareña.
Hoy, Vujicic es orador, músico, actor, profesionista y padre de familia. En 2012 contrajo matrimonio y tuvo el mejor regalo que pudo imaginar: un hijo con todas sus extremidades, al que llamó Kiyoshi Vujicic. Su propósito en la vida adquirió aún más fuerza con la llegada de este pequeño ser, al que desea inculcar los mismos valores con los que él creció y comprendió con el paso del tiempo.
Además, y por si fuera poco, está al frente de la asociación Life Whitout Limbs (Vida sin Extremidades), desde 2005. A través de esta canaliza su trabajo y testimonio, siendo la motivación y la inspiración el eje conductor que lo ha acercado a la gente de todo el mundo.
Cada día, aprende cosas nuevas, por ejemplo, siempre que viaja a otro país intenta aprender el idioma. Se divierte como niño cuando se para frente a la multitud, es amante de las aventuras y deportes extremos, pues sabe surfear y nadar. Aunque hay cosas que no puede realizar en solitario, se ha rodeado de gente que ha encontrado la palabra perfecta para describir su amor por la vida: Verve, que en español significa brío, energía y entusiasmo.
Para Nick no hay imposibles, porque soñar no cuesta nada. Lo mejor es intentarlo. Y vaya que lo ha conseguido.
La frase que él encarna, es esta: “Si no puedes conseguir un milagro, conviértete en uno”.
* Tomado del magazine ‘CITYlife’.
Órgano difusor de ‘City Club Home & Business’.
Año 10, No. 129; Mes de Octubre de 2014.
Ventaneando, Lunes 23 de Mayo de 2022.