LAS GRANDES CIVILIZACIONES
EN la actualidad, la cultura maya está considerada como una de las civilizaciones más avanzadas del mundo antiguo. A lo largo de sus más de cuatro mil años de existencia, fue creando y perfeccionando las más diversas y extraordinarias manifestaciones culturales tales como la arquitectura, la escultura y la pintura, mismas que hoy podemos admirar gracias a las innumerables muestras de sus formidables pirámides, altares, murales y códices, entre otros objetos.
Sin embargo, los mayas también lograron importantes avances en el área de las ciencias, particularmente en las matemáticas, la astronomía y en el uso del calendario, esto sin mencionar que los vestigios de sus ciudades, templos, palacios y estelas, siguen causando gran admiración y asombro.
La civilización maya se desarrolló en un territorio de aproximadamente 400,000 kilómetros cuadrados, cubriendo la península de Yucatán, el estado de Quintan Roo, buena parte de los estados de Tabasco y Chiapas en México; Guatemala, Belice, la parte occidental de El Salvador y Honduras, y una pequeña parte de Nicaragua.
Este territorio presenta una rica variedad geográfica: montañas, pantanos, planicies, selvas tropicales, bosques de altura, etcétera, por lo que climas, suelos, lluvias y vegetaciones diferentes albergaron diversos grupos étnicos, lenguas y estilos de vida que integraron la gran familia maya.
Los mayas y sus descendientes han ocupado este territorio desde hace aproximadamente 5,000 años; sin embargo, la civilización maya probablemente se remonte a tiempos mucho más antiguos.
Por todo lo anterior, esta cultura es sin duda una de las preferidas de los arqueólogos y antropólogos de todo el mundo y por qué no decirlo, de todos aquellos amantes de la historia quienes en su afán de conseguir una respuesta a la incógnita del origen del hombre en América (entre muchas otras interrogantes), tienen la esperanza de recorrer el velo de lo inexplicable que cubre desde hace cientos de años las huellas de los mayas.
Origen del pueblo maya. El origen de los mayas sigue siendo un misterio, al igual que el de la mayoría de los pueblos americanos de la antigüedad. Se han manejado multitud de teorías que intentan explicar su procedencia, pero hasta el presente nada se ha podido establecer con suficiente claridad.
Se cree que los primeros pobladores del continente americano llegaron hace por lo menos 50,000 años a través del estrecho de Bering, pasando desde Siberia hasta Alaska, aunque es posible también que algunos asentamientos hubieran llegado por vía marítima. A pesar de la falta de animales de transporte y de vehículos rodantes, los grupos humanos viajaron a lo largo del continente en un tiempo relativamente corto.
Los arqueólogos han descubierto que algunos cazadores nómadas hallaron refugio en las cuevas de Loltún hace 7,000 años, dejando para la posteridad pinturas rupestres y huesos de mamut, bisonte y ciervo. Loltún está localizado en las colinas de Puuc, 110 kilómetros al sur de Mérida rumbo a Oxkutzab. Su nombre significa “flor de piedra”, en referencia a las formaciones de estalactitas y estalagmitas existentes en diferentes cámaras, en algunas de las cuales hay techos abiertos que permiten la entrada de luz.
Sin embargo, hasta antes de 2000 a.C. el área maya se encontraba escasamente ocupada; esta época corresponde al Periodo Arcaico, que duró varios miles de años. Aunque existen evidencias del cultivo de plantas durante el Arcaico, este hecho no condujo a la creación de asentamientos sedentarios.
La zona maya. Considerando los indicadores geológicos y climáticos, existen dos regiones en el área maya, la de las Tierras altas y la de las Tierras bajas. Aunados a estos indicadores, los factores culturales y el desarrollo histórico, hacen que el territorio maya se divida en tres zonas, a las que por su ubicación se les denomina: Sur, Central y Norte.
La Zona Sur incluye las Tierras altas de Chiapas y Guatemala, y una zona contigua de El Salvador, más una franja adyacente de litoral del Océano Pacífico de 40 a 50 kilómetros, con características geográficas que contrastan con el resto del área. Las Tierra altas están formadas por sierras montañosas de origen volcánico de más de 3,000 metros de altura, en las que nacen los ríos Usumacinta y Motagua y se encuentran los lagos Atitlan y Amatitlan.
La Zona Central, llamada también de la península, comprende las llanuras y planicies así como las área densamente boscosas del estado de Yucatán, en donde abundan los ríos subterráneos y los cenotes, pero se carece de ríos de superficie y de sistemas lagunarios.
La Zona Norte abarca la mitad norte de la península de Yucatán, es decir, el estado de Yucatán y la mayor parte de los estados de Campeche y Quintana Roo. Esta zona es una extensa planicie ininterrumpida por ligeras elevaciones de la cordillera Puuc, que corre paralela a la costa de Champotón y Campeche, de donde se prolonga hacia el noreste de Maxcanú y de ese punto al sureste de Tzucacab, estos dos últimos sitios ubicados en el estado de Yucatán. En esta región tampoco hay ríos y el agua superficial es sumamente escasa, carencia que aumenta a medida que se avanza hacia el norte. La ausencia de agua en la superficie es compensada, en cierta medida, por las aguadas (cenotes abiertos), sartenejas y cenotes (mantos acuíferos subterráneos), junto a las cuales se asentaron numerosas poblaciones, así como depósitos artificiales de agua llamados “chultunes”.
Períodos culturales. Desde sus inicios en sencillas colonias los mayas lograron construir una sociedad sofisticada, productiva y brillante que llegó a su forma urbanizada más característica, durante los mil años de nuestra era.
El desarrollo de la cultura maya a lo largo de su historia se encuentra bien definido y ha sido clasificado para su estudio en las siguientes etapas:
Preclásico Temprano (1500-800 a.C.). Se inicia la vida agrícola. El sitio conocido más antiguo de esta época es La Victoria, situado en la costa guatemalteca del Océano Pacífico.
Se trata de una pequeña aldea con escasa población, de nivel tecnológico rudimentario, con una economía de autosuficiencia y con base en la familia como forma de organización social. Practicaban ritos mágicos para obtener buenas cosechas y rendían un culto sencillo a los muertos.
Preclásico Medio (800-300 a.C.). En esta etapa se da un crecimiento de la población, por lo que aumenta el número de pueblos y aldeas mayas. Surge un pequeño grupo de personas que pretendiendo poseer poderes sobrenaturales se separa del grupo productivo para dedicarse a actividades “mágicas”. En cada pueblo o aldea se construyó un local especial para dichas actividades, el cual consistía en una choza mayor a las demás, edificada sobre una plataforma, esto fue el origen de lo que más tarde serían los centros ceremoniales.
Durante este periodo llegaron al área maya grupos olmecas (cultura establecida en la costa del Golfo de México), quienes aportaron valiosos conocimientos como el calendario, una incipiente escritura y el culto al jaguar.
Preclásico Tardío (300 a.C. – 300 d.C.). La población siguió creciendo. La diferenciación social fue precisándose, y el grupo de magos y hechiceros se convirtió en una clase superior que ya no sólo era el canal de comunicación con las fuerzas naturales y los dioses, sino también gobernaba al pueblo.
Los centros ceremoniales fueron adquiriendo importancia y las chozas-templo se edificaron sobre pirámides. Comienza la elaboración de estelas y altares que simbolizaban a los dioses y a sus representantes humanos.
El sitio de Izapa, localizado a 10 kilómetros de Tapachula, Chiapas, que fue un importante centro ceremonial y comercial de la época, muestra la transición entre la cultura olmeca y la cultura maya. En la actualidad sus vestigios aparecen como montículos de tierra y plataformas de cantos rodados. Las estructuras que rodean plazas antiguamente sustentaron templos, en muchas de las cuales se encuentran estelas de piedra labradas, además de altares y otros monumentos pétreos; entre estos últimos se encuentran esferas de piedra sobre columnas, posibles representaciones solares.
La élite gobernante mandaba hacer esculturas en su honor y ordenaba ricas ofrendas para sus funerales. La choza dejó lugar a una construcción con muros de mampostería con techo de palmas.
En el Petén florecieron las ciudades de Tikal y Uaxactún, Kaminaljuyú destacó en los Altos guatemaltecos y Dzibilchaltún, Acanceh, Izamal y Maní, lo hicieron en Yucatán.
Clásico Temprano (300-600 d.C.). La cultura maya llegó a su esplendor durante este periodo. La agricultura había progresado en algunas regiones debido al uso de terrazas de cultivo y canales de riego.
El crecimiento demográfico expresado en la fuerte expansión de los centros habitacionales y el crecimiento de los que ya existían. El comercio interno y externo contribuyó al impulso económico. En arquitectura se inició el uso del techo de bóveda falsa, tan característico de la arquitectura maya. Hubo un gran desarrollo en la astronomía, las matemáticas, la escritura y el calendario, aunque estos eran elementos de poder de la clase dominante, la cual integraba una teocracia, en donde lo religioso y lo civil estaban íntimamente ligados.
Florecieron grandes centros que se engrandecieron con pirámides, templos, palacios y numerosos monumentos de piedra y pinturas murales que glorificaban a los dioses. Entre las ciudades importantes de esta etapa encontramos: Tikal, Uaxactún, Calacmul, Dzibilchaltún, Oxkintok, Izamal, Acanceh, etcétera.
Clásico Tardío (600-900 d.C.). En este periodo las ciudades del área central alcanzaron su momento de mayor belleza arquitectónica, entre ellas destacaron Copán y Palenque, sobresaliendo esta última tanto por su belleza como por su desarrollo sociopolítico.
De igual manera, en el norte de Yucatán las ciudades de Uxmal, Kabah y Labná, entre otras, alcanzaron su apogeo, desarrollando además un estilo arquitectónico muy característico de la región, el estilo Puuc, el cual se extendió tanto hacia el este como al oeste. Las características principales de este estilo son los revestimientos de cuadros muy delgados de piedra caliza sobre el núcleo de mampostería, piedras de bóveda en forma de cuña, cornisas decoradas, columnas redondas en los portales, medias columnas empotradas, repetidas en varias filas; y el empleo exuberante del mosaico de piedra en las fachadas superiores, con la reiteración de las caras ordinarias de la serpiente del cielo, con largas narices en forma de gancho, así como grecas y diseños semejantes a celosías.
El arte maya tiene sus mejores representaciones durante este periodo, por ejemplo, se erigieron numerosas estelas por todos los sitios, principalmente los del área central, en donde los escultores mayas se revelan como maestros del bajorrelieve. En pintura, los murales de Bonampak, que datan del año 800 d.C., son una obra maestra que relata la historia de una batalla, de su secuela y de los festejos por la victoria. En cuanto a cerámica, los alfareros mayas lograron efectos cromáticos de gran brillantez en sus vasijas, las piezas multicolores del Clásico Tardío a veces estaban pintadas con la misma pericia narrativa con que se realizaban las pinturas murales. En Yucatán había una cerámica de color gris pardusco o café, llamada pizarra, de diseño sencillo pero de una gran durabilidad, lo que deja patente una evolución en la alfarería.
Posclásico Temprano (1000-1250 d.C.). Es en esta etapa donde la brillante civilización maya se colapsa en el área central. Para explicar este fatal acontecimiento se han sugerido diversos fenómenos naturales: cambios climáticos o terremotos; plagas y epidemias que provocaron el abandono de los sitios; el agotamiento de los suelos por el sistema agrícola utilizado, así como la intrusión de creencias extranjeras o la invasión de grupos portadores de una cultura no maya.
Un eminente arqueólogo, especializado en la cultura maya, considera que el colapso del área maya central pudo haberse debido a pugnas internas entre la clase dominante y la población campesina, que culminaron con la aniquilación de la primera. Por lo tanto, las actividades culturales cesaron y los pueblos carentes de dirigentes aptos no pudieron organizar un nuevo sistema. Se limitaron a ocupar los edificios destinados al culto y a la residencia de los señores y probablemente volvieron a un régimen semejante al que prevalecía en el preclásico inferior, sobreviviendo hasta la conquista española, con una economía de autosuficiencia y un sistema social comunitario.
Pero mientras el área central llegaba a su ocaso, en los Altos de Guatemala y en el norte de Yucatán se sucedían una serie de invasiones procedentes de la frontera occidental y del altiplano mexicano que dieron lugar a una cultura híbrida, maya-náhuatl.
Los primeros en llegar fueron los chontales o putunes, en Yucatán, los cuales al final del periodo clásico se habían internado hasta el Petén; les siguieron los itzáes, quienes arribaron a la costa oriental por vía marítima; posteriormente arribaron los xiues; y finalmente otra oleada dirigida por el jefe y sacerdote tolteca Quetzalcoatl, quien había sido expulsado de Tula en el año 987 d.C., y que fue conocido en la zona maya con el nombre de Kukulcán.
El comercio con el centro de México y América Central recibió un fuerte impulso. La producción artesanal, la extracción de sal, la producción de miel, copal, algodón y cacao se incrementaron; los grandes mercaderes estaban ligados con la nobleza. Yucatán tuvo un extraordinario auge cultural, principalmente en la ciudad de Chichén Itzá.
Se modificaron conceptos religiosos y algunas expresiones estéticas. La presión sobre la clase productiva aumentó, siendo ejercida ahora por los militares junto con el sacerdocio, la aristocracia y los comerciantes. Esta presión se piensa pudo culminar en algún movimiento de violencia que llevó a Chichén Itzá a un trágico final hacia el año 1250 d.C.
Posclásico Tardío (1250-1524/1541). En esta última etapa de la gran cultura maya, se dio una desintegración económica, política y cultural de la sociedad entera, la cual se encontraba organizada en cacicazgos que peleaban constantemente entre ellos. El clima bélico obligó a construir murallas alrededor de las ciudades (Mayapán, Tulum, etcétera).
La ciudad de Mayapán dominó el norte de Yucatán y desarrolló un intenso comercio con Centroamérica a través de puertos de intercambio escalonados sobre la costa oriental.
Las contradicciones del sistema agravadas por las presiones militares, la presión mercantil y las luchas entre los cacicazgos, produjeron otra revuelta, y en una cruenta acción la familia de los Cocom, que gobernaba Mayapán, fue aniquilada y la ciudad arrasada.
Ochenta años más tarde, un grupo de extranjeros procedentes de otro continente, los españoles, invadieron la zona maya e impusieron su dominio, poniendo fin así a tres mil años de desarrollo de una de las civilizaciones más sorprendentes de la historia antigua.
*Tomado de Los Mayas
2007, Ediciones Vilman.
Proyecto: Sandra E. Garibay Laurent.
Ventaneando; Reynosa, Lunes 15 de Abril de 2024.