BENCHMARK/ Periodista
HACE poco escuché lo siguiente respecto al desarrollo de México: “El promedio de crecimieno es engañoso. En realidad son dos países y dos dinámicas: el Norte y el Sur”.
Intrigado, quise comprobarlo. Cree una línea imaginaria. Arriba de Michoacán, Hidalgo y Veracruz, es Norte, incluyendo Querétaro. Abajo, Sur (incluyendo Estado de México). Luego promedié el crecimiento porcentual real anual del PIB estatal de 4 años: 2012 a 2015.
¿Sabe qué? Sí son dos países: el Norte promedió 3.6% de crecimiento, 85% más que el 1.9% que acumuló el Sur.
Como punto de referencia, México creció 2.5%, por lo que el Norte creció 44% y el Sur 24% menos.
Una diferencia dramática. Consideré que en 25 años un país que crece al 3.6% tendrá una economía 51% más grande que uno que crece al 1.9%. ¿Y en 50 años? ¡129% mayor!
¿Por qué esta diferencia regional? Hay muchas razones, pero hoy me detengo en un factor crítico: la educación.
Mexicanos Primero (MP) publicó su Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa (ICRE), que obtiene una calificación puntual al medir seis factores del proceso educativo.
Le compruebo la importancia de la educación. Tomemos a los cinco Estados peores en el ICRE. Seguro adivinó (iniciando con lo peor): Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Veracruz y Guerrero. Todos con presencia de la CNTE, ¿será casualidad?
Estas 5 entidades están bien tronadas: su promedio en el ICRE es 4.1. ¿Y su crecimiento promedio 2012-2015? Apenas 1.7 por ciento.
Veamos a los mejores: Aguascalientes, Zacatecas, Colima, Ciudad de México y Coahuila. Calificación ICRE: 6.8%. ¿Su promedio de crecimiento en 4 años? 3.4 por ciento, ¡el doble que los “burros”!
Dirán algunos: cálculos interesantes, pero de servilleta. Tienen razón. Repasemos entonces un análisis mucho más completo.
“La calidad de la educación, medida en habilidades de conocimiento, tiene un impacto fuerte en el ingreso individual. Y en muchos más: tiene una influencia fuerte y robusta en el crecimiento económico. Hay causalidad”, explica el Banco Mundial (BM).
Su estudio titulado “El rol de la calidad educativa en el crecimiento” no se limita a conceptos. Prueba cuantitativamente por ejemplo el valor de una reforma educativa que mejore en media desviación estándar las calificaciones de estudiantes en un país.
El BM menciona a la prueba PISA y de hecho hace referencia a México. ¿Cómo impactaría una reforma que llevara la calificación mexicana –digamos en matemáticas–, de su nivel de 413 (PISA, 2012) al promedio de OCDE de 496 puntos?
Si la reforma se ejecuta en 10 años, en 50 años nuestro PIB se incrementaría un 25 por ciento. Dos cosas me llaman la atención. Primero, el enorme impacto de la mejora educativa. Y segundo, el avance no se logra con rollos. Tiene que ser medible: las calificaciones promedio de una prueba como PISA tienen que subir.
Para que esto suceda, muchas cosas tienen que cambiar. Pero el BM es muy claro: “Las escuelas no son toda la respuesta (para mejorar), pero juegan un rol clave. Escuelas de calidad mejoran el desempeño educativo”.
Y OJO, esto lo digo yo: no es la infraestructura, sino lo que sucede en las escuelas. Son los maestros y los procesos educativos.
En estos “detalles” está el meollo de nuestra bronca educativa. Tomemos a Oaxaca. Según MP, cuenta con 83,112 maestros que “se supone” dan clases a 910,536 alumnos (de pre primaria a secundaria).
Compare usted: en el Estado de México (Edomex) apenas 68,089 maestros imparten clases a ¡3’070,005 alumnos! Es decir, Oaxaca tiene 30% de los alumnos del Edomex, pero hay 22% más maestros.
Si a números nos vamos, la educación en Oaxaca debería ser de lujo: tiene los grupos más pequeños del país. Apenas 11 alumnos por maestro, contra 45 del Edomex, 26 de Nuevo León, 31 de Guanajuato y 30 de Jalisco (el promedio nacional, 23).
Pero si no se evalúa a maestros y alumnos, si no se toman acciones reales para resanar los problemas y cambiar lo que pasa en las escuelas y si los maestros sólo “enseñan” a protestar violentamente, nunca acabaremos con los dos Méxicos.
O peor aún, en un descuido terminamos promediando las dos regiones hacia abajo, ¿no cree?
EN POCAS PALABRAS…
“La educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo”: Nelson Mandela.
* Publicado por ‘Login Grupo Reforma’.
Cortesía Lic. Marcos A. Olivares Olvera.