Oportuna voz de alerta para evitar que esta ‘moda’ diezme a nuestra juventud. Es adictivo, con riesgo de inhalar sustancias peligrosas y encarar explosiones.
CON alarmante frecuencia podemos observar a nuestros adolescentes usando el ‘cigarro electrónico’, dando la impresión que es una moda propia de la socialización entre este grupo etario que va en aumento. En lo particular, han sido reiteradas las ocasiones en que padres de familia me cuestionan sobre los riesgos en el uso y abuso de esta modalidad de tabaquismo.
La publicidad, sesgada por supuesto, habla de que se disminuyen los riesgos cancerígenos al estar inhalando principalmente nicotina, lo cual disminuye o hasta elimina los riesgos de padecer cáncer pulmonar a largo plazo.
Empero, si hay algo incierto a la fecha es precisamente los resultados a largo plazo de esta moda, ya que en realidad se detona su uso en los últimos dos años por lo cual es imposible aseverar cuáles serán las consecuencias futuras.
Durante la Conferencia Nacional y Exhibición de la Academia Americana de Pediatría, llevada a cabo en Orlando, Florida, del 2 al 6 de noviembre de este año, tuve la oportunidad de asistir a la conferencia magistral “Cigarro Electrónico: Una Crisis de Salud Pública”, impartida por la Dra. Deepa Camenga, de la Escuela de Medicina de Yale. De ella tomé los siguientes datos: De 2017 a 2018 el incremento de jóvenes usando ‘cigarro electrónico’ incrementó en un 75%, al pasar de 11.7% al 20.4% el número de preparatorianos que usaron dicho cigarro en el último mes, considerándose ésta la forma más popular de producto de tabaco usado por adolescentes.
Sabido es que la nicotina es altamente adictiva. Asimismo, puede dañar el cerebro en evolución de los adolescentes, ya que el mismo continúa su desarrollo hasta los 25 años. Se ha determinado que el joven que inicia el uso del ‘cigarro electrónico’ tiene tres veces mayor posibilidad de hacerse adicto al tabaco, respecto aquellos que no lo usaron.
Además de la adicción que la nicotina provoca per se, al ‘cigarro electrónico’ se le agregan sabores como mentol, café, té, mango, entre otros, haciéndolo aún más atractivo. También, no provoca irritación de la garganta, por lo que inhalar repetidamente no causa incomodidad alguna. Por cierto, hasta la fecha no está regulada la cantidad de nicotina que proveen las diferentes marcas comerciales, pero sí es un hecho que tiene mayor concentración que los cigarros tradicionales pues se reportan hasta 59 miligramos de nicotina por mililitro.
Hay evidencia de que, además de los problemas adictivos de la nicotina, la mayoría de los ‘cigarros electrónicos’ contienen y emiten numerosas sustancias potencialmente tóxicas, como son la inhalación de partículas ultrafinas en los pulmones, la exposición de metales pesados contenidos en estos cigarros –como el níquel, plomo y estaño–, así como la exposición a compuestos orgánicos volátiles, por lo que los efectos a la salud no están completamente determinados.
Por si lo anterior no fuese suficiente, para estar alertas ante esta modalidad tenemos el dato proporcionado por los departamentos de Emergencia de los Estados Unidos: De 2015 a 2017 se reportaron 2,035 explosiones y quemaduras derivados del uso del ‘cigarro electrónico’.
En México no contamos con datos sobre la tendencia que lleva el uso de esta modalidad. Mas de lo que sí debemos estar ciertos es que debemos alertar tanto a los jóvenes como a los padres de los riesgos que conlleva el uso del ‘cigarro electrónico’, que los puede diezmar y solicitar a las autoridades sanitarias pertinentes que enfaticen el daño a la salud que puede producir, así como la posibilidad inminente de las explosiones.
No debemos esperar a que se nos vuelva un problema de salud para actuar.
* Médico Cirujano Pediatra y analista.
Martes 20 de Noviembre de 2018.
Ventaneando, Lunes 26 de Noviembre de 2018.