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Los adictos al juego corren riesgos de salud

15 de agosto de 2025 por ROBERT BRODY

(TEXTO DE HACE 35 AÑOS)

CUANDO se trata de salud, muchos de los calculados tres millones de jugadores compulsivos en los Estados Unidos pierden en grande. De hecho, hay una creciente evidencia que sugiere que el apostar demasiado es dañino para la salud, con el potencial de causar una bancarrota tanto para el cuerpo como para la mente.

Los jugadores empedernidos corren el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, alta presión sanguínea, úlceras en el duodeno y obesidad, reportan los investigadores. También pueden sufrir de insomnio, impotencia, depresión e impulsos suicidas debido a la tensión que provoca endeudarse y deber a sus familias, amigos, bancos y corredores. Los cónyuges a menudo sufren de estas mismas ansiedades.

Los investigadores encontraron que en el curso de dos años, el Centro Médico de Atlantic City recibió 291 pacientes de los casinos o de autobuses que salían de los casinos para tratamientos de emergencia por ataques al corazón o severos dolores de pecho. La mayoría acababa de ganar sustanciales cantidades.

“Los jugadores también tienden a descuidar su cuidado dental y problemas de salud relativamente menores, como hemorroides”, dice el Dr. Robert Custer, presidente de la Fundación Nacional para el Estudio y Tratamiento del Juego Patológico.

Los jugadores compulsivos son a menudo poliadictos, que beben y fuman mucho, y abusan también de drogas como la mariguana y la cocaína, dice la Dra. Valerie Lorenz, del Hospital Taylor Manor, en Ellicot City, Md., quien se especializa en el tratamiento de jugadores compulsivos para la Administración de Veteranos.

“Muchos de ellos sufren de malnutrición luego de permanecer en las mesas de juego entre 48 y 72 horas seguidas, sin comer en absoluto”, agrega Lorenz. “Otros comen compulsivamente, engordando en el proceso”.

“El juego compulsivo es una de las más puras formas de adicción patológica que se conocen”, dice Custer, un siquiatra que en 1972 fundó el primer programa de tratamiento para los jugadores compulsivos en Norteamérica. “Estos jugadores se ven profundamente estimulados por el juego, se emocionan con él, y tienen síntomas clásicos de retraimiento cuando dejan de apostar”.

(La ruleta está conceptuada como el juego de azar por antonomasia. No existen reglas fijas y sí solamente el caprichoso movimiento de la bolita. Ella es la culpable de no pocas ruinas, de suicidios y de miles de jugadores enfermos de nervios o del corazón. Son los jugadores compulsivos quienes son los más propensos a desarrollar enfermedades cardíacas, úlceras y hasta obesidad. Pero, a pesar de esos peligros, sigue teniendo la ruleta enorme atracción entre los jugadores, hombres y mujeres).

(Son los juegos de azar los motivos que impulsan a los hombres y mujeres para buscar, con mayor facilidad, los bienes materiales. Sin embargo, la búsqueda de la fortuna por medio de los juegos es altamente dañina para la salud humana y hay ocasiones que los vuelve completamente locos).

Hace más de una década, la Asociación Siquiátrica de Norteamérica reconoció que el juego compulsivo es algo patológico, “un desorden progresivo del comportamiento”, indicado por “una exagerada preocupación por el juego”.

El Dr. Maged S. Khoory, jefe del Departamento de Medicina en el Centro Médico de Atlantic City, atribuye los problemas médicos de los jugadores compulsivos al ambiente de los casinos. “Es la atmósfera del juego lo que resulta principalmente responsable de los problemas a la salud; los tumultos en los casinos, el comer de más, la prisa, todo el humo y la emoción y las largas líneas”, dice.

Como medida estándar de seguridad, todos los casinos de Atlantic City y Las Vegas tienen personal de enfermería en guardia las 24 horas, y entrenan a su personal de seguridad en resucitación cardiopulmonar; algunos hoteles y casinos también tienen personal médico durante el día.

Para acelerar el transporte de jugadores a un hospital cuando es necesario, muchos casinos tienen plataformas exclusivas para las ambulancias.

La mala salud también puede leerse en las cartas de los jugadores sociales, especialmente quienes ya están en malas condiciones y son por ello vulnerables a la inevitable tensión de apostar más de lo que pueden darse el lujo de perder.

*Tomado del periódico “El Diario”.
Nuevo Laredo, 22 de Julio de 1990.

Ventaneando, Viernes 15 de Agosto de 2025.

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