En México puede estar subestimada: OMS
Es arriesgado apostar todo a la vacuna, advierte la Organización Mundial de la Salud sobre la actitud tomada por el gobierno mexicano.
GINEBRA.- Con la casi certeza que la magnitud de la pandemia en México puede estar subestimada –a seis meses del primer fallecimiento por coronavirus en el país–, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte del riesgo tomado por el gobierno mexicano de apostar por la vacuna contra el covid-19 sin llevar a cabo una estrategia de salud pública con aplicación masiva de pruebas de laboratorio, rastreo de casos y cuarentena de contactos.
“Elegir una vacuna que se considera ganadora es una apuesta costosa y arriesgada”, dice a Proceso el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, quien subraya que hasta el momento ninguna ha sido precalificada por el organismo.
Y la epidemióloga del mismo organismo internacional Margaret Harris advierte: “Varias vacunas se encuentran ahora en la fase tres de ensayos clínicos y todos esperamos tener una serie de vacunas eficaces que puedan ayudar a prevenir la infección en las personas. Sin embargo, no hay una solución milagrosa en este momento y es posible que nunca la haya”.
Michael Ryan, encargado de emergencias de la OMS, advirtió a la prensa internacional el pasado viernes 20 de agosto sobre el subregistro de la epidemia en el país: “Lo más probable es que la epidemia en México está subestimada, los test son limitados, con tres por cada 100 mil personas por día”, mientras que en países como Estados Unidos se realizan más de 150 pruebas por cada 100 mil personas.
El porcentaje de pruebas que dan positivo en México llega a 50% “lo que significa que mucha gente no está bien diagnosticada o se le diagnostica tarde, por lo que es necesario aplicar más pruebas”.
En entrevista, Harris sostiene que hasta que se cuente con una vacuna, todos los países, incluyendo México, deben continuar “con las medidas que todos ya conocemos y tenemos al alcance para tratar de controlar la epidemia… Detener los brotes se reduce a los aspectos básicos de la salud pública y el control de enfermedades. Aplicar pruebas, aislar y tratar a los pacientes, rastrear y poner en cuarentena a sus contactos. Hay que hacerlo todo”.
Al mismo tiempo, reitera, cada persona tiene la responsabilidad de seguir con distanciamiento físico, uso de mascarilla, lavado de manos y toser de manera segura lejos de los demás.
“El mensaje para las personas y los gobiernos es claro: hay que hacerlo todo, y cuando el virus esté bajo control hay que seguir adelante fortaleciendo el sistema de salud; no se puede bajar la guardia en espera de una pócima milagrosa”, pues la vacuna tardará varios meses o hasta un año en estar lista, enfatiza Harris.
Sobre la decisión de Rusia de iniciar la inoculación masiva de su población con la vacuna Sputnik V, lo mismo que China con su vacuna, y la producción anunciada en México y Argentina en combinación con la fundación de Carlos Slim de la vacuna AstraZeneca de la Universidad de Oxford, Harris apunta que la OMS ha expresado sus reservas, su cautela y defiende una estrategia global más allá de acuerdos bilaterales.
De igual forma, la Unión Europea, el Reino Unido, Suiza y Estados Unidos están firmando acuerdos con empresas con las vacunas más prometedoras.
EL DIVORCIO OPS-OMS
En tanto llega la vacuna, la OMS ha insistido en la necesidad imperiosa de continuar con las medidas de salud pública que se tienen al alcance para controlar la pandemia.
Las diversas llamadas de atención de la OMS al gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde el inicio de la pandemia, en orden de aumentar el número de pruebas, el rastreo de casos y comunicar mensajes congruentes a la población, distan mucho de las alabanzas que recibe la 4T de la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Para entender esto, una fuente consultada por Proceso cercana a la OMS aclara que la OPS siempre ha defendido su independencia del organismo sanitario de la ONU. Desde que se integraron a la OMS “son muy celosos cuando hablamos y sobre todo si criticamos aquí en Ginebra a alguno de los países que están bajo su paraguas”.
–¿No hay una relación cercana entre OMS y OPS?, se le pregunta.
–No.
Explica también que el mandato de la OMS “no es criticar a los países”, sino trabajar en conjunto, establecer directrices por consenso, “pero tampoco se trata de alabar a los gobiernos sin una razón clara para hacerlo”.
En 1870 una epidemia de fiebre amarilla azotó a Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, y en ocho años se propagó hasta Estados Unidos, donde provocó más de 20 mil muertes. El transporte marítimo, que aumentó con el comercio, era el vehículo de las enfermedades a finales del siglo XIX.
El paso de las epidemias de un país a otro y la necesidad de combatirlas para proteger la salud de la población y la economía de los Estados dio origen el 2 de diciembre de 1902 a lo que sería la OPS.
La OPS ha protegido su independencia desde entonces a pesar de haberse sumado al sistema de Naciones Unidas y a la OMS en 1949. Desde esa fecha funciona como Oficina Regional de la OMS para las Américas.
En México el titular de la OPS, Christian Morales Fuhrimann, ha defendido varias veces la estrategia del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, argumentando que se estaban haciendo las cosas “correctamente” (El País, 21 de marzo).
Sin embargo, el 16 de marzo en Ginebra, a pregunta expresa de Proceso sobre el panorama en el país con millones de personas con obesidad, diabetes y adultos mayores, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, respondió que “debe haber un compromiso político al más alto nivel porque esta pandemia no afecta nada más al sector salud, sino a todos los sectores”. La estrategia “debe ser coordinada desde el más alto nivel y no relegada al sector salud”, instó.
Ese mismo día el director de la OMS recomendó hacer pruebas a todos los casos con neumonía atípica, a los casos sospechosos, a todas las personas que han estado en contacto con casos confirmados. Y se hizo viral su frase: “La regla del juego es muy simple: test, test, test”.
Y el 23 de marzo, con 316 casos y cuatro muertes, López-Gatell afirmó que “irremediablemente, conforme aumenta el número de casos, se vuelve crecientemente difícil hasta llegar a ser imposible rastrear cada cadena de transmisión. Pero además cuando ese número de casos empieza a aumentar, se vuelve muy poco útil intentar rastrear a cada uno de los contactos y sus cadenas de transmisión”.
Un ejemplo del desfase entre lo que dice la OMS en Ginebra sobre la gestión de la pandemia y lo que dice la OPS en México.
* Domingo 30 de Agosto de 2020.
Ventaneando, Lunes 7 de Septiembre de 2020.