Un amoroso poema de la viejetud…
Para todos los de la 3ª edad y 70 y más.
Cuando uno ya va pa’ viejo,
cuantas sorpresas nos llegan,
se va arrugando el pellejo
y se aguadan las talegas.
Ya no caminas parejo
y te truenan las caderas,
no echas el viaje completo
aunque tengas guacha nueva,
y te van a hacer pendejo
hasta el día en que te mueras.
Luego llegan los recuerdos,
de aquel tiempo que pasó,
cuando con mucha alegría
con las damas se gozó.
Se terminaron las mañas
y el gusto se me acabó.
El corazón tiene ganas
pero el amigo… ya no.
Ya mi pájaro no canta,
ya le llegó la tristeza,
se pasa puro quejido,
le ha de doler la cabeza.
No se qué le pasaría
que murió y no se entiesa.
Ya se me cansó el caballo,
ya no levanta la cara;
ya se me andaba rajando
pero me corté una vara
y agarró la cuesta abajo
y hasta la vez… no se para.
No se si le di mal trato,
ya no quiere funcionar,
pues desde hace mucho rato
ya no puede ni llorar.
Ya no sirve mi aparato,
ya lo quisiera tirar,
que se lo tragara el gato,
pero… me sirve pa’ miar.
Tomado de WhatsApp.