AYER EL 213 ANIVERSARIO DE SU NATALICIO
Por su talento, patriotismo y tenacidad, por la firmeza de sus convicciones y su espíritu de lucha, es una de las figuras de mayor relieve en la historia de México, quizá sólo comparable por uno de los rasgos de su personalidad con Cuauhtémoc…
NACIÓ en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806. Sus padres fueron Marcelino Juárez y Brígida García, ambos de raza zapoteca y de muy humilde condición social.
Quedó huérfano de padre y madre a los 3 años de edad. Llegó a los 11 años sin haber aprendido a leer y escribir, y ni siquiera a hablar castellano. A los 12 fue llevado a la ciudad de Oaxaca por su protector, un señor Salmuera, quien lo inscribió en el Seminario de Oaxaca donde Juárez, en poco tiempo, aprendió a leer y escribir, estudiando después latín y filosofía.
En 1843 contrajo matrimonio con una dama de apenas 17 años de edad, Margarita Maza. Poco después fue nombrado Juez Civil y de Hacienda. Luego, secretario de Gobierno y Diputado Federal.
En 1853 Antonio López de Santa Anna lo aprehendió y encarceló en San Juan de Ulúa, desterrándolo más tarde. Después de una estancia en La Habana y Nueva Orléans retornó a México y se adhirió al Plan de Ayutla, encabezado por el general Juan Álvarez, el cual culminó con el derrocamiento de la dictadura de Santa Anna.
En 1856 fue nombrado por el general Álvarez, Ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, siendo entonces cuando se promulgó la famosa “Ley Juárez”. Tras de expedida la Constitución de 1857, y debido al golpe de Estado de Ignacio Comonfort, se hizo cargo por ministerio de ley de la Presidencia de la República, habiendo emigrado con su gobierno a Guadalajara el 11 de abril de 1858.
En esa ciudad capital de Jalisco estuvo a punto de ser muerto por soldados bajo el mando del coronel rebelde Landa. Lo salvó del trance su ministro Guillermo Prieto con aquella sentencia histórica: “¡Los valientes no asesinan!”.
Más adelante Juárez se trasladó con su gabinete a Veracruz y el 31 de enero de 1961, a consecuencia de la derrota infligida a los conservadores por el general Jesús González Ortega, el gran patricio entró triunfalmente a la Ciudad de México.
En esa época, como ha sucedido ya en varias ocasiones por la rapiña y deslealtad de los malos funcionarios, el gobierno atravesaba por una aguda crisis económica. Por ello Juárez tuvo que decretar una moratoria de pagos de la deuda pública, aún las contraídas con potencias extranjeras, lo que ocasionó que Francia, Inglaterra y España se aliaran para invadir el territorio mexicano.
En diciembre de 1861 las fuerzas expedicionarias españolas ocuparon Veracruz. La escuadra inglesa arribó el 6 de enero de 1862 y la francesa dos días después. La invasión se había iniciado ya, pero una vez conocidas las intenciones de Napoleón III de establecer en México un imperio, cuya corona sería ofrecida al archiduque Maximiliano de Habsburgo, las fuerzas inglesas y españolas se reembarcaron, iniciándose entonces la Intervención Francesa.
Don Benito Juárez se mantuvo firme y el 25 de enero de 1862 expidió un decreto declarando traidores y fuera de la ley a los mexicanos que se unieran o auxiliaran a los invasores. El avance de los franceses fue arrollador. A causa de esto Juárez tuvo que abandonar la capital y establecer su gobierno en San Luis Potosí.
Entre tanto, Maximiliano embarcaba en Europa con destino a “su imperio” en la fragata “Novara”, el 14 de abril de 1864.
Juárez, acosado por las fuerzas invasoras, tuvo que emprender una peregrinación por la República que se prolongó durante casi tres años. Los sitios en donde estableció su gobierno itinerante fueron Saltillo, Monterrey, Chihuahua y Paso del Norte –hoy Ciudad Juárez–, hasta que la aventura de Maximiliano culminó con su fusilamiento. Esto le ocurrió en el Cerro de las Campanas, junto con los traidores Miguel Miramón Tarelo y Tomás Mejía, el 19 de junio de 1867.
Juárez retornó triunfante a la Ciudad de México el 15 de julio de 1867. Después de dos reelecciones como presidente de la República, murió víctima de angina de pecho el 18 de julio de 1872.
En Colombia, República Dominicana y otros países de Sudamérica, el licenciado Benito Juárez fue declarado “Benemérito de las Américas”. En tanto en México, el Congreso de la Unión lo proclamó ‘Benemérito de la Patria’. JLDY
* Con datos tomados del “Libro Azul”
de la autoría de Ramiro J. Ochoa.
Ventaneando, Viernes 22 de Marzo de 2019.