El perfecto equilibrio
EL turismo ecológico, tan de moda hoy, nos da la oportunidad de interactuar con los ecosistemas, convivir en armonía con la Naturaleza y realizar actividades que descansan en la mente y el espíritu. Holbox es una isla que nos regala la Naturaleza para practicar la pesca deportiva, realizar caminatas, nadar… rodeados por una exuberante naturaleza y una calma absoluta.
Este pequeño rincón, con 35 kilómetros de largo por uno y medio de ancho, localizado en la punta noreste del Estado de Quintana Roo, posee un paisaje indómito y misterioso, lleno de contrastes en colores jade, turquesa y ocre. En las noches sin luna se puede apreciar la bóveda celeste y la Vía Láctea pletórica de constelaciones y estrellas fugaces.
Holbox (“agujero negro” en maya) se fundó a finales del siglo XIX con la llegada de familias provenientes del ojo de agua de Yelahau. Este pueblo, que alguna vez se conoció como isla tiburonera debido a que los pescadores desecaban a los tiburones con sal y los disponían en hileras a lo largo de las playas, tiene hoy una población de menos de dos mil habitantes, casi todos locales, con tradiciones y costumbres muy arraigadas. Cuenta con cómodos hoteles y restaurantes en una infraestructura orientada a la ecología.
TRANQUILIDAD COTIDIANA. Las costas de la isla de Holbox están bañadas por el choque de las corrientes provenientes del Golfo y el Caribe, ricas en nutrientes para las aves que viven del mar, el manglar y la ciénega.
Mientras uno camina por la playa de arena blanca y suave se va encontrando garzas, cigüeñas, patos, pelícanos blancos y flamencos. La variedad es tan grande como las especies marinas que nadan en sus aguas: boquinete, pámpano, robalo, lisa y langosta, entre otras.
En Holbox la vida transcurre entre las labores de pesca y la venta en las cooperativas. Algo muy interesante es escuchar las pláticas de los pescadores en cafés, cantinas o restaurantes, que narran con detalle las aventuras de la jornada mientras celebran –hayan tenido éxito o no, porque la vida en el mar no es fácil–. Se puede escuchar desde cómo uno de ellos estuvo rodeado de tiburones y esperó toda la noche para que lo rescataran sus compañeros, hasta el día en que Rosendo avistó un cardumen y dio aviso de que soltaran las redes para llevarse el trofeo de 1.2 toneladas de robalo en una sola mañana.
La comunidad mantiene contacto comercial con los pueblos del otro lado de la costa a través de Chiquilá, donde atraviesa gente que trae frutas y verduras para intercambiar por otros productos.
GANANCIA DE PESCADORES. El interés por conservar sitios naturales como Holbox logró que un entusiasta grupo de habitantes formara una asociación ecologista llamada Protejamos Unidos a Holbox, cuya intención es dar cobijo y protección a especies como la tortuga carey, que desova en el lado norte de la isla. Esta asociación trabaja en campañas de limpieza en las playas, programas de fomento para la siembra de coco y en la construcción y mantenimiento de muelles, puentes y miradores para amortiguar su impacto ecológico.
Con estos programas de apoyo a la comunidad se mantendrá el equilibrio de una zona rica en recursos para proteger y preservar este rincón privilegiado del Caribe mexicano.
UN MOSAICO DE ATRACTIVOS. El chipe pradeño, un pájaro de fina estampa, encuentra refugio invernal en las islas del Caribe mexicano, donde goza de un clima benévolo. Como ya se indicó, la mayoría de los alrededor de mil 500 habitantes de la isla Holbox se dedica a la pesca. Después de recoger el producto de la noche anterior, el arduo trabajo de los pescadores sigue en la playa, donde las redes se extienden para ser reparadas y recibir mantenimiento. Holbox es una isla costera separada de tierra firme por la Laguna Yelahau –que es una magnífica zona de manglares–, y por canales que forman entradas y salidas naturales para los pescadores.
Las playas de fina arena de la isla se engalanan con las conchas que arrastran las corrientes marinas. Desde tiempos ancestrales Holbox era utilizada por los mayas como sitio de solaz y de relajamiento. El desarrollo actual de la isla incluye pequeños y cómodos hoteles que ofrecen excursiones y actividades para turistas. La Isla Pájaros, contigua a Holbox, es refugio para alrededor de 140 especies de aves, entre las que destaca el flamenco rosa.
En la zona se puede encontrar una gran variedad de fauna marina, como la garza rojiza, especie protegida en México. Se está utilizando materiales tradicionales que no rompan la armonía visual del lugar en la construcción de instalaciones turísticas. Los pájaros de la zona tienen buena relación con pescadores y visitantes. Las cocineras de Holbox preparan suculentos platillos con la pesca del día.
ACCESO AL PARAÍSO. Para llegar a Holbox desde Cancún se toma la carretera 180, que conduce a Mérida y se toma la desviación a Kantumilkin en el kilómetro 67.
Por esa ruta se llega al puerto de Chiquilá, donde se embarca para tomar el rumbo hacia ese paraíso del Caribe que es la isla de Holbox, Quintana Roo.
* Tomado de la revista “Escala”,
de Aerovías de México, SA de CV.
Año XIII, No. 156; Julio de 2002.
Ventaneando, Reynosa, Lunes 6 de Diciembre de 2021.