Periodista.
ERAN LA ‘PAREJA IDEAL’ Y NO CONGENIABAN
Hacen bailar durante el confinamiento,
como lo hicieron en la Gran Depresión
La fama del dueto que siempre mantuvo una difícil relación,
resurge cuando se cumplen 25 años de la muerte de la actriz
CANCIONES como “Resistiré” o “Color Esperanza” se han convertido en himnos del confinamiento. En Italia también lo ha conseguido “Volare”, aquel tema con el que Domenico Modugno quedó tercero en el festival de Eurovisión de 1958.
El país mediterráneo decretó la cuarentena el pasado 10 de marzo, aunque las regiones del norte ya permanecían en sus hogares desde finales de febrero, lo que ha dejado emotivas escenas entre sus ciudadanos.
Uno de los videos que más ha circulado estos días por Internet es el de una pareja bailando la canción “Cheek to Cheek” que canta Fred Astaire a Ginger Rogers en la película “Sombrero de Copa”. Mientras, un vecino proyecta en la fachada la escena de baile de ambos actores en otro de sus trabajos: “En alas de la danza”, también de 1936.
Unas imágenes que han llegado incluso a la actriz Penélope Cruz, que ha escrito al respecto en su cuenta de Instagram: “Mandando mucho amor”. El vídeo fue grabado por Aureliano Verità, que vive en el distrito de San Lorenzo en Roma, y la escena corrió a cargo de su vecino del tercer piso, pues su comunidad y las colindantes se pusieron de acuerdo para ofrecer diversas actividades desde sus balcones, ya sea cantar o leer en voz alta.
“Fue muy sugerente y nuestros vecinos no perdieron la oportunidad de bailar juntos”, contó Verità a la cadena NBC sobre la grabación que ha sacado más de una sonrisa.
El Dúo Dinámico, John Lennon o Demenico Modugno se han convertido en símbolos de la esperanza que arañan los países occidentales más afectados por el coronavirus. La cultura está ayudando a ver la situación con optimismo y también a evadirse de los problemas que acarrea el permanecer semanas sin salir a la calle.
Fred Astaire y Ginger Rogers –cuya muerte se produjo hace 25 años–, también representaron una vía de escape para los estadounidenses durante la Gran Depresión, la crisis económica que se desencadenó en 1929 y que se prolongó hasta finales de los años treinta.
“Volando a Río”, “La alegre divorciada” o “Sigamos la flota” son algunas de las diez películas –entre 1933 y 1949–, en las que ambos trabajaron juntos y en las que, por supuesto, bailaron mucho. Las diferentes coreografías los convirtieron en pareja artística. Fred Astaire y Ginger Rogers encarnaban la identidad de la época dorada de Hollywood, donde las historias de las comedias musicales poco tenían que ver con la realidad del país. Simplemente entretuvieron. Hicieron cantar, bailar y soñar a los espectadores durante una década complicada.
Pero era una pareja con muchas diferencias y desaveniencias. La actriz Katharine Hepburn llegó a decir de los dos intérpretes: “Ella da la sensualidad, él, la clase”. Eran uña y carne ante la cámara. Detrás era otra historia. Astaire se encumbró como la estrella que logró el éxito y Rogers la compañera que lo empujó a ello. La actriz admitió unos 40 años después: “Nunca fuimos amigos. Fuera del plató, Fred era un hombre aburrido. Insignificante. Poco comunicativo”.
Como mujer cobraba menos que su pareja artística –algo que perdura en los tiempos actuales–, y ansiaba mayor protagonismo. El bailarín culpó a la actriz de la mala relación: “Siempre quería ser la jefa”.
Eso sí, reconoció el esfuerzo de Rogers ante su actitud exigente en el trabajo. La intérprete no era bailarina profesional, pero practicaba las veces que hiciera falta hasta que le sangraban los pies para presentar un número perfecto. “Todas las demás lloraban gimoteando que no podían más, pero claro que podían. Todas excepto Ginger. Ella nunca lloró”, declaró Astaire.
* Tomado de Notiexpress.
Ventaneando, Lunes 8 de Junio de 2020.