El espectacular escenario de las Barrancas del Cobre representa el mayor atractivo del recorrido en el único tren de pasajeros de tirada larga en México. Además, la ruta del Ferrocarril Chihuahua-Pacífico permite conocer acerca de la legendaria cultura tarahumara y maravillarse con las estructuras magnificentes de la Sierra Madre Occidental.
A TRAVÉS de 87 túneles y 37 puentes ubicados entre la naturaleza, hogar de diversas comunidades tarahumaras y las Barrancas del Cobre que conforman la Sierra Madre Occidental, transita el ferrocarril Chihuahua-Pacífico, mejor conocido como El Chepe.
Es el único tren de pasajeros de larga distancia en México que pasa por 653 kilómetros de camino, construido durante los siglos XIX y XX, considerado como uno de los diez recorridos más espectaculares del mundo por sus vistas panorámicas de las Barrancas, en la comodidad de un asiento reclinable, con aire acondicionado, servicio de alimentos y bebidas.
El gran paseo en El Chepe parte a las seis de la mañana de Los Mochis, en Sinaloa, rumbo a Chihuahua. Es posible tomar dos tipos de tren: El de Primera Express y el Clase Económica, los cuales hacen diversas paradas durante el trayecto. Un tip es sentarse del lado derecho del tren para tener una mejor vista de las Barrancas. La belleza de los paisajes panorámicos es cautivadora e indescriptible.
Antes de abordar es posible recorrer la ciudad de Los Mochis, que se caracteriza por su mercado de alimentos. Desayunar una machaca, carne asada, mariscos frescos como las manitas de cangrejo, barbacoa, aguachile y los montados, burritos con diversos tipos de guisado, es típico de la zona.
PAISAJES PANORÁMICOS
El tren pasa por El Fuerte, sitio nombrado Pueblo Mágico en 2009, localizado al norte de Sinaloa. Aquí aún se miran huellas del antiguo señorío del siglo XIX, con casas cuyas rejas son de hierro fundido y callejones empedrados.
El camino continúa rumbo a Divisadero, el punto más alto y espectacular para admirar las Barrancas del Cobre, donde es posible hacer una parada con el fin de caminar por la orilla y avistar el desfiladero que lo conforma.
Allí se ubica El Parque de Aventura Barrancas del Cobre, donde es posible admirar la belleza natural de la zona y conocer de la cultura ancestral tarahumara que habita la región. La reserva cuenta con un conjunto de siete tirolesas y dos puentes colgantes que suman casi cinco kilómetros de recorrido, un sitio para rapel, escalado en roca y un pequeño puente colgante al que se accede por medio de un salto.
Además, un restaurante con espectaculares terrazas y piso de cristal para observar la vista, senderos para caminar, renta de bicicletas de montaña, espacios para acampar, paseos a caballo y el tercer teleférico más largo del mundo, con tres kilómetros de cable sin torres intermedias, para observar una panorámica del gran cañón.
Por la noche, las estrellas invaden al cañón. Desde el mirador del hotel Divisadero se observa la vista de las imponentes barrancas.
“Las Barrancas del Cobre son lo que el Gran Cañón de Colorado quiere ser cuando sea grande”, es una expresión dicha por los originarios de la zona. Y es que el sistema de cañones que las conforman es más extenso y más profundo que el de Estados Unidos.
De allí parten los recorridos al valle de Urique, para ver otra perspectiva de las montañas. La Barranca de Urique es la más profunda de México con más de mil 879 metros, y en su fondo corre el río del mismo nombre, rodeada de vegetación semi tropical, un oasis en el desierto.
Antes de tomar el tren rumbo a Creel, no hay que perderse del mercado de artesanías de Divisadero y degustar en algún puesto las gorditas rellenas de mariscos.
La siguiente parada es en el Pueblo Mágico de Creel, en el corazón de la Sierra Madre Occidental, donde su encanto se mira en su pueblo pintoresco típico del norte y las comunidades tarahumaras que lo rodean.
Allí es posible rentar bicicletas de montaña y cuatrimotos, así como realizar caminatas por el sitio. Además, de ahí parten los tours hacia el lago de Arereko, las cascadas de Basaseachi, el pueblo de San Rafael con su famosa iglesia, así como el Valle de los Hongos y Monjes, en donde destacan grandes formaciones rocosas de alrededor de 50 metros.
El tren continúa su rumbo hacia Chihuahua, pasando por Cuauhtémoc, un sitio habitado por menonitas, con el queso como su producto artesanal principal.
El destino final es la ciudad de Chihuahua, con atractivos como el mausoleo de Francisco Villa, el Palacio de Gobierno y la Catedral, entre otros.
* Periodista.
Tomado de “El Financiero”.
Jueves 6 de Agosto de 2015.
Ventaneando, Lunes 15 de Octubre de 2018.