(CRÓNICA PUBLICADA HACE 33 AÑOS)
A qué jugamos
ES indudable que uno de los deportes más populares en México es el béisbol, fenómeno muy especial si tomamos en cuenta que no es un deporte que se fomente entre los niños y jóvenes en las escuelas, quizá por las limitaciones del terreno, ya que un campo de béisbol requiere de una superficie cercana a los cinco mil 500 metros cuadrados en un terreno regular con 75 metros por lado, también aproximados, lo más parecido a un cuadrado.
Otro de los factores que impiden la difusión masiva de este deporte puede ser el equipo y los implementos de juego: al menos ocho manoplas que puedan intercambiarse y una especial para el catcher, la cual nunca puede improvisarse; la pelota debe ser de medida y peso muy exactos, con alma de corcho y una madeja de hilo de algodón cubierta de cuero cosido con 108 costuras en forma de ocho, los bats son de madera o aluminio, siendo estos últimos los permitidos en ligas menores y amateurs.
Mucha complicación, en apariencia. Sin embargo, la popularidad del béisbol en nuestro país va en contra de toda esta lógica que colocaría a esta disciplina por debajo de otras como el básquetbol, atletismo o voleibol, cuya práctica es más sencilla y, por ende, más fomentada en las escuelas. No comparemos incluso el fútbol, el más popular de los deportes en las escuelas de nuestro país.
Sin embargo, la afición por el béisbol se hereda de padres a hijos, se fomenta en las ligas infantiles y juveniles de clubes o instituciones, soportadas financieramente por los propios padres de familia, quienes conviven estrechamente con sus hijos los fines de semana a través de este deporte.
Casi no podríamos señalar alguna región de nuestro país en donde el béisbol no sea una actividad popular: en el centro de la República, por ejemplo, es muy común ver jugar béisbol incluso en campos improvisados a la orilla de carreteras; en el norte el béisbol supera con mucho al fútbol; y en la zona del Golfo de México las ligas profesionales son muy populares.
Más debemos reconocer que todo este potencial es en muchas ocasiones desperdiciado por los dirigentes del béisbol nacional, que a nivel amateur tiene poca repercusión en eventos internacionales. Sin embargo, a este problema parece habérsele puesto remedio con una organización que comenzará, esperemos, a dar frutos en los próximos Juegos Centroamericanos a celebrarse en nuestro país, durante el mes de noviembre. En este evento, la sede del béisbol será la ciudad de Monterrey.
El béisbol profesional en México ha tenido altas y bajas en los últimos años. La Liga Mexicana de Verano se desarrolla en diferentes plazas con un total de 14 equipos, cuyas sedes van desde Monclova o Nuevo Laredo, en la zona norte, hasta Mérida en la península de Yucatán. Sin embargo, han desfilado por la liga equipos de Ciudad Juárez o Chihuahua, lo que la hacía más atractiva aunque menos rentable para los dueños de esas franquicias.
Es irónico, pero una de las regiones beisboleras de mayor arraigo en el país, la zona del Golfo de México, no cuenta actualmente con un equipo en la Liga Mexicana, cuando en un tiempo fueron ellos los que dominaron el béisbol profesional en la República. Ciudades y equipos como “Alijadores de Tampico”, “Águilas de Veracruz”, “Cafeteros de Córdoba”, “Petroleros de Poza Rica”, “Azules de Coatzacoalcos”, son ahora sólo un recuerdo para esa afición que les vio alejarse por problemas de directivos o malas administraciones.
Las razones que dieron siempre los dueños de las franquicias al alejarse fue la de malas entradas en taquilla. Empero, aunque en algunos casos la afición no respondió, en otros el espectáculo dejó mucho que desear para la conocedora afición costeña.
La Liga Mexicana de Verano comienza a recuperar el prestigio que tuviera hasta hace algunos años; ciudades como Monterrey cuentan ya con dos equipos, aunque Puebla y Guadalajara no tienen aún béisbol de este circuito.
La Liga Mexicana del Pacífico es la liga invernal en México. Ambas ligas forman parte del sistema de Ligas de Béisbol profesional, cuya cúpula la forman las Ligas Mayores de Estados Unidos. El nivel de nuestras dos ligas es el de triple A, es decir, un escalón debajo de las Ligas Mayores norteamericanas.
A esta liga de invierno acuden anualmente peloteros de varios países y de las Grandes Ligas, con lo que su nivel es muy competitivo. Anualmente el campeón de este circuito asiste a la Serie del Caribe, torneo al que acuden los campeones invernales de Puerto Rico, Venezuela, República Dominicana y México.
La Liga Mexicana de Verano cumplió en la temporada 1990, 65 años de establecida y en esa larga historia llegó a competir incluso con equipos de las Grandes Ligas estadounidenses.
* Tomado de ESCALA, Revista a Bordo de
Aerovías de México, SA de CV – AeroMéxico.
Año II, No. 13; Agosto de 1990.
Ventaneando, Reynosa, Viernes 16 de Junio de 2023.