y Dr. Daniel Cantú Cervantes.
En educación hay información que damos por verdadera por haberla oído repetidas veces o por parecernos de sentido común. Los “neuromitos” son creencias erróneas sobre cómo funciona el cerebro y cuál es su estructura. Esto, aplicado al campo educativo, nos lleva a realizar prácticas que no están probadas y que incluso pueden ser contraproducentes para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por estas creencias, un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), estudia sobre los mitos neurocientíficos más relevantes sobre la educación que se han inmiscuido entre la sociedad y el magisterio. Entre estos se distinguen la creencia de que el cerebro guarda todas las cosas por igual como si fuese una cajita de recuerdos.
La verdad es muy distante ya que el cerebro no funciona como una videograbadora, sino como un proceso conglomerado de diferentes tipos de memoria que trabajan en forma dinámica para enriquecer los recuerdos a la vez que los reconsolidan y los reconstruyen.
Otro mito clásico radica en la creencia que si se escucha música clásica (por ejemplo, Mozart), no se volverá más inteligente, aunque sí puede motivarse para realizar a alguna tarea. No obstante, dependiendo de la experiencia del sujeto, diferentes tipos de música o piezas musicales pueden ser más favorecedoras para inculcar la motivación, o deprimir o disgustar a la persona. No es la mera escucha de música en sí, sino el entrenamiento musical lo que ha mostrado resultados cognitivos significativamente favorecedores.
Por otro lado, existen algunos mitos sobre el bilingüismo que se han permeado sobre bases etiológicas geopolíticas, sociales y lamentablemente raciales. No obstante, los idiomas aprendidos no compiten entre sí, sino que fortalecen los recuerdos y los aprendizajes adquiridos en uno u otro idioma, y no, no es necesario hablar bien un lenguaje antes de aprender un segundo. La estructura de la dinámica del pensamiento va más allá de la organización lingüística en el cerebro.
Otra creencia sonada es creer que cada vez que aprendemos algo nace una neurona. La dinámica neuronal es distinta de hecho porque no es que nazcan cada vez que aprendemos algo sino que se reconfiguran, no varias neuronas, sino muchas redes engrama (redes neuronales). La neurogénesis es un proceso diferente de la dinámica de reorganización y reconsolidación neuronal y sináptica en redes engramáticas superpuestas (recuerdos superpuestos).
Para mencionar un último mito, tenemos la suposición de que el lenguaje es el pensamiento, sin embargo, el lenguaje es tardío en el desarrollo del bebé y por ello, los mudos congénitos pueden pensar. La materia prima de la memoria son las imágenes mentales, que vienen a ser parte esencial de los proceso de memoria, junto al tinte emocional de los recuerdos.
Otros neuromitos más bizarros de antaño que han pasado a la historia, fueron la frenología (creer que la forma del cráneo revela la personalidad o la inteligencia), “creer que todo el cerebro es gris”, “que el cerebro crece en medida que aprendemos”, “creer que las neuronas que no se usan se mueren”, “que el cerebro de los viejos ya no aprende”, o que “las neuronas son estáticas”. Por último, dos de los neuromitos más clásicos, es pensar que “los seres humanos utilizamos solamente el 10% del cerebro”, o que decir que “el cerebro aprende diferente según el sexo”, entre otros.
Estos mitos se han reforzado por ser trasmitidos de boca en boca y no requieren de una mayor explicación de lo que proponen, indicando en pocas palabras algo que posiblemente tendría sentido de algo que es complejo de entender. Los mitos se suelen expandir por ser simples de captar así como son contundentes y simplificadores de un fenómeno: “es así y punto”. Es más fácil recibir un mito que darse a la tarea de profundizar y es allí donde radica el problema, además, al cerebro no le gusta quedarse con dudas y cuece rápido una decisión.
El magisterio tamaulipeco, en particular, los docentes de la UAT, deben estar atentos a los nuevos descubrimientos en neurociencias que para nada desean reemplazar a la pedagogía tradicional sino reforzarla. Todo maestro debe tener cuidado de no introducir estos mitos al aula donde tiene enfrente a los ciudadanos del futuro: sus alumnos.
En énfasis en el cerebro por parte de los científicos educativos y profesores se sigue debiendo a una premisa fundamental: todo el proceso del aprendizaje yace en el cerebro..
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