En la capital del bravío Estado norteño quedaron
huellas indelebles de la Revolución Mexicana y
fue el triste lugar donde sucumbió El Padre de la
Patria, al ser fusilado con otros próceres el 30 de julio de 1811; de eso acaban de cumplirse 207 años.
EXTRAÑAMENTE podríamos pensar que la capital de Chihuahua, con su tranquilidad, sus montañas y sus valles cobrizos, hubiese sido cuna de grandes movimientos sociales, como la Independencia y la Revolución Mexicana.
Gratamente sorprendido el visitante de la primera vez, al toparse con una ciudad que combina su sobrio pasado colonial con la modernidad del Tercer Milenio, el paseante encuentra en Chihuahua una amplia gama de atractivos históricos, sociopolíticos y culturales. Sobre todo los de su rico bagaje arquitectónico.
Estos van desde sus regios palacios y casonas, algunas que conservan vestigios y reminiscencias de la época virreinal, pasando por bellas construcciones de claros rasgos decimonónicos, hasta las nuevas edificaciones que muestran el rostro de una urbe que se yergue sobre los cimientos de su antigua grandeza.
Para un recorrido por los sitios más relevantes de la ciudad, nada mejor que acompañarse de un guía turístico certificado, que nos garantiza confiabilidad y certeza de autenticidad en sus relatos. De esta guisa, nuestro guía nos aguarda a la puerta del hotel para iniciar el paseo y adentrarnos en la historia.
Iniciamos la ruta en el Museo de la Revolución, el recinto más entrañable para la población. Este lugar localizado en Calle Décima y Méndez, a cinco minutos del Centro Histórico, fue residencia nada menos que de El Centauro del Norte, el jefe revolucionario Francisco ‘Pancho’ Villa. Tal personaje, aunque nació en Durango, es considerado por el pueblo chihuahuense como uno de los suyos y se le tiene una alta estima por su historial revolucionario. Máxime que su asesinato a tiros por el obregonismo ocurrió en el pueblo chihuahuense de Hidalgo del Parral.
EL HISTORICO AUTO DE VILLA
En la casona donde vivieron ‘Pancho’ Villa y su esposa Luz Corral, hasta su muerte en 1923, aún se conserva el sentimiento revolucionario y el auto Dodge Brother modelo 1922, a cuyo volante él fue acribillado. Conocer el vehículo y observarlo en detalle, escuchando del guía que en su contra se dispararon más de 150 tiros de fusil, genera en el oyente sentimientos encontrados de perplejidad, asombro y repulsión. Pero la emoción de tener enfrente a la histórica unidad es mayor a todo eso.
Refiere el guía que sin tener estudios de arquitectura y con una combinación de diseño –patio central y columnas de estilo dórico–, esta casona fue obra del cantero Santos Vega. Era amigo de Francisco Villa y le pidió que construyera “una casa bonita”. La cuota para visitarla es de 50 pesos por persona.
El paseo por la historia continúa. Es momento de visitar el Palacio de Gobierno. El edificio de cantera ocre fue erigido entre 1882 y 1892. Lo primero que llama la atención a la entrada son sus murales alrededor del patio central. Esta obra pictórica, digna de admirarse con detenimiento, es una creación del artista hidalguense Aarón Piña Mora. En ella se relata la historia de Chihuahua, desde la expedición del fundador de pueblos Álvar Núñez Cabeza de Vaca, alrededor del año 1530, hasta el estallido de la Revolución de 1910 y sus episodios consecuentes.
207 AÑOS DE FUSILADO HIDALGO
Otro de los puntos más visitados es el llamado Altar de la Patria. Instalado a un costado de las escaleras centrales de este palacio, tal lugar revestido de mármol y cantera fue el punto exacto donde se fusiló a don Miguel Hidalgo y Costilla, el 30 de julio de 1811, lo mismo que a otros caudillos insurgentes, terrenos que pertenecían al antiguo colegio jesuita. Tras su captura en Acatita de Baján, en Coahuila, El Padre de la Patria fue trasladado a Chihuahua y encerrado en un calabozo que aún se preserva en ese punto, para ser luego pasado por las armas a diez meses del inicio del movimiento libertario. El recinto alberga el Museo de Hidalgo y la Galería de Armas.
Al exterior del sótano donde vivió sus últimas horas el iniciador de la Guerra de Independencia, se encuentran unos versos escritos por él, dedicados a sus carceleros. Se pueden consultar en www.mcc.cetechihuahua.gob.mx
A espaldas del Palacio y al cruce de la calle se encuentra el Centro Cultural Casa Chihuahua, antiguamente llamado Palacio Federal. Este espacio, en el que ahora se presentan exposiciones y son ofrecidos conciertos, fue construido en 1910 por órdenes de Porfirio Díaz para las celebraciones chihuahueñas del Centenario de la Independencia.
Las salas del museo exhiben obras diversas de artistas y estrellas del firmamento fílmico de origen o con referentes chihuahuenses. Como Lucha Villa, Juan Gabriel y Anthony Queen, de éste que se conservan dibujos, esculturas y algunos objetos personales.
Hay tamién espacios en los que se recrean algunas regiones naturales de la gran entidad, como las Barrancas del Cobre, las Dunas de Samalayuca y la Zona Arqueológica de Paquimé. Las etnias del Estado, sobre todo la tarahumara y la yaqui, son también representadas con instrumentos e indumentarias rarámuris y de conchos.
LA GRAN MANSION GAMEROS
Uno de los edificios más emblemáticos y bellos de la ciudad es la Quinta Gameros. Esta soberbia casona, en la que sin duda todos quisiéramos vivir, fue construida por el arquitecto colombiano Julio Corredor Latorre por encargo de Manuel Gameros, un rico comendero. Al menos es lo que dice una placa a la entrada de esta casa-museo.
El Gran Salón a la entrada se ilumina con un imponente vitral al fondo de la Casa Tiffany. Una bella escalera ondulante con doble rampa da acceso a la planta de las recámaras, con mobiliario de la familia Requena y paredes revestidas de adornos rococó. La habitación Pavorreal, con singulares detalles en la cama, el tocador y la cómoda, es lo más sensacional de la regia casa.
Lo más triste de la historia de Quinta Gameros, nos relata el guía con cierto dejo de pena, es que la familia nunca pudo habitar la finca pues cuando concluyó su construcción y amueblado estalló la Revolución, y don Manuel Gameros, esposa e hijos tuvieron que emigrar.
En 1913 la residencia fue ocupada por don Venustiano Carranza y algunos oficiales revolucionarios, al comenzar la resistencia militar contra el dictador Victoriano Huerta. Hoy la Quinta Gameros pertenece al patrimonio de la Universidad de Chihuahua.
(JLDY)
Ventaneando, Viernes 3 de Agosto de 2018.