Mientras villistas y carrancistas se enfrentaban en la batalla más feroz de la Revolución en El Ébano, los jóvenes se divertían en la Plaza de Armas de Tampico cortejando a las muchachas, que era lo que escribía el periodista Luis Bustamante de manera irónica, al informar que la guerra no amainó el ánimo tampiqueño, a pesar de que la ciudad estuvo en medio de la disputa entre los revolucionarios.