EL nuevo artículo 30-B del Código Fiscal de la Federación desató una tormenta mediática. Desde antes de su aprobación en la Cámara de Diputados, algunos medios y usuarios lo bautizaron como la “ley espía”, asegurando que el gobierno podrá acceder a todos nuestros datos digitales: las películas que vemos, con quién salimos en apps de citas, qué compramos. Pero el texto legal y su alcance real cuentan una historia más completa.
